Como describen los evangelios, una tarde gris, temerosa de lluvias, desapacible… fue el típico marco de la muerte de Jesucristo, pero también de su previo martirio que en la ciudad se llama ‘La Pasión según Arcos’. La segunda recreación organizada por la Delegación municipal de Cultura no sólo superó las cifras estimadas de público local y foráneo, sino que puso además de relieve que posiblemente la de Arcos sea la primera escenificación de Andalucía, incluso de más allá, por sus características y virtudes. De inicio, el número de personas figurantes, actores y actrices se ha visto elevado a 106, incluyendo los equipos de los nuevos personajes de Barrabás, Herodes y Judas. Pero el papel de Cristo fue cosa por segundo año del arcense Juan Mariscal, que si ya el año anterior lo bordó, en esta ocasión aumentó el realismo de cuantas escenas protagonizó. Le acompañaría como papel protagonista el de la Virgen María encarnado por la actriz Luisa Cuadro.
Poco antes del inicio, compareció casi la totalidad del equipo de Gobierno cuyo alcalde, Miguel Rodríguez, y delegado de Cultura, Andrés Camarena, ofrecerían sus pareceres sobre la cita plástica. Ambos destacaban la esencial aportación que hace a la recreación el marco monumental de Arcos y la proyección turística que la escenificación de la Pasión hace del municipio más allá de sus fronteras.
‘La Pasión según Arcos’ arrancó a las siete de la tarde desde la antigua iglesia de San Miguel, donde dio inicio una procesión de palmas y júbilo en toda regla y cuya tarjeta de presentación fue una centuria romana encabezada por el jinete Fran Calderón. Le siguió Jesucristo a lomos de un pollino, aclamado por el pueblo y saludando a todos a su paso, evocando así su entrada triunfal en este particular Jerusalén. Así fue subiendo hasta la calle Nueva donde sería preparado para su juicio en el Sanedrín dirigido por Caifás, cuyo papel volvió a representar magistralmente el actor Fernando García. El juicio, celebrado a las puertas de la Basílica Menor de Santa María y presenciado por un numeroso público, daría paso, de nuevo en la Plaza del Cabildo, a la primera novedosa escena, en este caso con la presencia de Jesucristo ante un bien caracterizado Herodes encarnado por el conocido arcense Antonio ‘Gandano’, que lo bordó también con su indumentaria y maquillaje. Allí, Jesucristo fue objeto de mofa y enviado ante Poncio Pilatos que representaría igualmente de manera magistral el periodista deportivo Manuel Galvín. Por medio, otra novedosa escena en la que Judas, desesperado y como loco corriendo por la plaza, se colgó de un olivo como señalan las Escrituras. Su papel se quedó en manos del arcense Antonio Juan Medina Pérez ‘Toy’. En la Plaza Boticas tendría lugar el proceso a Jesucristo con la novedad de la incorporación de Barrabás que también destacó en su papel de hombre rudo y pendenciero. Mientras tanto, a grito pelado, Caifás y todo un séquito de sacerdotes pedían la crucifixión de Jesús. La escena en sí no era nueva, pero sí clave en el desenlace del resto de la recreación. Fue igualmente un momento de cierto agobio por la ingente cantidad de personas que la rodearon.
A partir de ahí Cristo fue provisto de su pesada cruz, para, a duras penas, recorrer el tramo hasta San Pedro a través de la estrecha calle Maldonado.
El desenlace estaba ya escrito: moriría en la cruz poco después en ese particular monte del Calvario en que se convirtió la Cuesta de Belén, con la imponente cruz cual espadaña más del casco antiguo. Por medio regresó la lluvia para hacer, si cabe, más dramática la estampa que se pudo seguir también a través de dos pantallas de vídeo gigantes y con un sonido repartido por toda la calle gracias a la instalación de altavoces.
De eso se trataba, de hacer lo más real posible cada escena, de lo que ha sido su máximo responsable como guionista y director técnico el dramaturgo Salvador Pérez Salas con su particular interpretación evangélica y su presencia ‘in situ’ como un actor más.
Cabe destacar los matices estéticos de la recreación, con una muy bien cuidada indumentaria que ha sido elaborada por los propios figurantes con la colaboración de Modas Pastori y la Asociación de Mujeres Arco Matrera, los bien tratados diálogos que esta vez se pudieron oír mejor entre el público o el simbólico detalle del paño de lino elaborado por la pintora local Mónica de la Rosa con el rostro de Cristo (obra que ha sido cartel de la recreación) que portaba entre sus manos la Santa Mujer Verónica.
En definitiva, otra tarde histórica en Arcos que, sin duda, abría apetito para otras pasiones que se desatan en esta tierra de tradiciones. Como principal hacedora de ‘La Pasión según Arcos’, una Delegación de Cultura que, a la espera de una valoración oficial, se puede sentir satisfecha por cubrir con creces los objetivos.