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La colección 'Vida de José', de la Capilla de San Andrés, ya luce tras su restauración

Un resultado que ha sido posible gracias al proyecto de la citada entidad, respaldado por la Fundación Caja Rural de Jaén

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  • Presentación de la restauración de la colección 'Vida de José' -

La colección 'Vida de José, hijo de Jacob' (siglo XVII), de la Santa Capilla de San Andrés de Jaén, ya luce después de que los doce óleos sobre cobre que la componen hayan sido restaurados.

Un resultado que ha sido posible gracias al proyecto de la citada entidad, respaldado por la Fundación Caja Rural de Jaén y que ha sido llevado a cabo por la restauradora Olga Cano.

"Se trata de unas piezas singulares por su tamaño, por el material sobre el que están pintados y por la historia que cuentan, que es peculiar y poco conocida. Gracias a esta colaboración hemos logrado restaurarlos, conservarlos y que la gente pueda conocerlos", ha valorado en su reciente presentación el gerente de la fundación, Luis Jesús García-Lomas.

El gobernador de la Santa Capilla de San Andrés, Fernando Casado, ha aludido a la "emoción muy grande" que sienten en esta institución con una actuación que permite conservar este patrimonio. "Gracias a la fundación, hemos conseguido que estos cuadros tengan luz propia", ha apostillado.

Las piezas restauradas forman parte de la colección de doce obras que narra la vida de José. Pese a que se desconoce la autoría, existe un documento de donación por Ignacio Sanmartín Corvera, datado de 1785, en el que se relata que 'están pintados por dos célebres pintores que tuvo el rey Felipe II'.

Sin embargo, gracias al estudio del historiador José Joaquín Quesada se ha descartado la posibilidad cronológica de que estos artistas estuvieran relacionados con Felipe II, pudiendo estarlo, en cualquier caso, con su nieto Felipe IV.

PATOLOGÍAS

La principal patología que afectaba a la colección era el levantamiento de la pintura con respecto al soporte. Algunos fragmentos ya se habían desprendido del soporte causando pérdidas irreversibles. Las pinturas presentaban suciedad superficial, a lo que se unía la oxidación del estrato de barniz.

Además, el oro y la policromía de los marcos tenían craqueladuras y leves pérdidas del estrato pictórico, así como numerosas puntas que se habían empleado para intentar paliar los elementos desencolados del soporte.

"Tenían un deterioro muy característico que tiene que ver con el soporte y el pigmento. Es por una actuación química entre los componentes, por lo que se ha tenido que fijar esa pintura al soporte", ha afirmado la restauradora Olga Cano.

Antes de iniciar los trabajos de restauración, se realizaron estudios y análisis previos por Ana Domínguez y María José Ayora, catedráticas del Departamento de Química Física y Analítica de la Universidad de Jaén, para determinar aspectos relacionados con los pigmentos o los procesos de conservación.

Una vez obtenida la información previa necesaria, la restauradora ha desarrollado labores relacionadas con la fijación de la pintura, la aplicación de inhibidor de la corrosión del soporte, así como la consolidación y fijación de la capa pictórica. Se han complementado con la eliminación del empapelado, el estucado y enrasado de las pérdidas de preparación, la reintegración pictórica y el barnizado final.

Las obras están encuadradas con un marco que mide nueve centímetros de grosor en todo su perímetro, siendo de madera decorada en negro y pan de oro en las molduras externas e internas.

LA ICONOGRAFÍA

La colección está basada en el relato bíblico del libro del Génesis (capítulos 37-50). José era uno de los doce hijos de Jacob, también llamado Israel, y su preferido, ya que era el hijo de su vejez y de su esposa Raquel. Jacob le regaló una túnica de colores, lo que causó celos entre sus hermanos.

José tenía sueños proféticos en los que sus hermanos, e incluso sus padres, se inclinaban ante él. Esto aumentó el odio de sus hermanos, quienes finalmente decidieron venderlo como esclavo a unos mercaderes ismaelitas, diciéndole a su padre que había muerto, mostrándole su túnica manchada de sangre.

Los mercaderes llevaron a José a Egipto, donde fue vendido a Potifar, un oficial del faraón. José se ganó su confianza, pero fue injustamente acusado por la esposa de Potifar y encarcelado. En prisión, José interpretó los sueños de dos siervos del faraón.

Años después, el faraón tuvo sueños que nadie podía interpretar, y llamaron a José. Él explicó que habría siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre. El faraón, impresionado, lo nombró gobernador de Egipto.

Durante el tiempo de hambre, los hermanos de José fueron a Egipto a comprar alimento. No lo reconocieron, pero él sí. Después de varias pruebas, José se dio a conocer y los perdonó. Finalmente, toda su familia se mudó a Egipto y se reunieron nuevamente.

Los cuadros de la colección de la Santa Capilla de San Andrés son 'Relato del sueño de José niño a su familia', 'José en el pozo', 'José vendido por sus hermanos', 'La túnica de José', 'José rechaza a la mujer de Potifar', 'José en la cárcel con el copero y el panadero del faraón', 'José interpreta los sueños del faraón', 'El triunfo de José en Egipto', 'José perdona a sus hermanos', 'Los soldados del faraón acusan a Benjamín del robo de la copa de plata', 'Reencuentro de José y Jacob' y 'José gobernando Egipto'.

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