La Virgen del Rocío ha amanecido este martes ya entronizada en su paso, lista para vivir un nuevo Pentecostés en la aldea almonteña. Como es tradicional en esta celebración, la imagen luce el conjunto textil conocido como
“las Hermandades” o “los Apóstoles”, confeccionado entre
1951 y 1956. El manto, bordado en oro y seda sobre tisú de plata, se acompaña de la toca diseñada por
Joaquín Castilla, restaurada en
2020 para devolverle su esplendor original.
La Patrona porta también
las ráfagas de punta de martillo, la
media luna de plata sobredorada, el
cetro y
las coronas que estrenó en su
Coronación Canónica en 1919, símbolos cargados de historia y devoción. Su rostro queda enmarcado por el
rostrillo donado por el canónigo Muñoz y Pabón, en una estampa que destaca por la armonía y elegancia.
El exorno floral, obra del artista floral
Mamé de la Vega, está compuesto por
calas, orquídeas y flores secas en tonos cálidos, completando una imagen solemne y delicada para uno de los momentos más esperados del calendario rociero.