No sé si se acuerdan ustedes que tanto en la época franquista como bastantes años más tarde de fallecer el dictador era común llevar la bandera de España en una pegatina pequeña pegada a la correa del reloj. También era muy normal usar una pulsera con los colores de la enseña nacional. Y, del mismo modo, era muy común que a todo aquél que portara o bien la pegatina o bien la pulsera se le tachara de “facha”. El sentimiento patriótico de portar la bandera era considerado que uno era de derechas, franquista vamos. Reconozco que pulsera no, pero banderita pegada a la correa del reloj sí que llevé muchos años. Y reconozco también que, con el paso de los años, esa “moda” fue desapareciendo porque era sinónimo de ser de derechas. Y, claro, si tú no eras de derechas terminabas quitándote la bandera de la correa o te quitabas la pulsera para no tener problemas con determinados individuos.
Esto que parece una cosa rara pasó realmente durante casi veinte años después de morir Franco. Y, además, no solo esa “moda”, sino que no se veía bien colocar una bandera de España en un balcón o en cualquier lugar que no fuese oficial. Con el paso de los años, la bandera ya no ondea en casi ningún lado -excepto edificios oficiales- porque sigue siendo para muchos sinónimo de facha. Es una pena porque la bandera, nuestra bandera de España, la roja y gualda, no es de nadie y es de todos. No puede ser que determinados colectivos -principalmente de extrema derecha-, se la apropien para reivindicar que son más españoles que nadie. E incluso le cambien el escudo constitucional por el franquista, reclamando con ello que vuelva un régimen dictatorial que tanto daño hizo a España.
A mí me llama mucho la atención como los norteamericanos, no solo en todos los edificios públicos, hoteles, bibliotecas, museos, etc., sino en cada vivienda, ondean su bandera. Y lo hacen con orgullo. A ver quién es el valiente que retira, quita o quema una bandera en América. Son patriotas y nunca confunden su patriotismo con ideales políticos, pues la bandera es de todos, liberales, moderados o conservadores, dando igual el signo político. Sin embargo, en España portar la bandera o tenerla expuesta en tu casa, ya sabemos cómo te van a definir mucha gente. Incluso la bandera se utiliza con más o menos énfasis según el color del Ayuntamiento de cada ciudad o pueblo. De tal manera que te encuentras normalmente en las rotondas de entrada a ciudades gobernadas por la derecha grandes mástiles y mayor bandera. Y, sin embargo, a los ayuntamientos de izquierdas parece que les da miedo o vergüenza sacar la bandera fuera de los edificios oficiales.
Incluso mucha gente o muchos partidos con tendencia más a la izquierda, no solamente desechan totalmente la enseña nacional oficial, sino que sacan muy orgullosos la bandera republicana como símbolo de una España que no existe, al margen que esa bandera tiene relativamente pocos años. Y hay que conocer que la bandera de España fue adoptada como pabellón nacional el 28 de mayo de 1785 mediante real decreto de Carlos III, en donde ya se referencia como «bandera nacional». En 1843 se decreta su uso para todas las fuerzas armadas. Su empleo ha sido continuado hasta la actualidad, a excepción de los años de la Segunda República (1931-1939), cuando fue sustituida por la bandera tricolor. El escudo que se incluye en la bandera actual viene regulado por la Ley 39/1981 -que también regula su uso-, habiendo sufrido varias modificaciones a lo largo de la historia.
La bandera nacional es obligatoria que ondee en edificios y establecimientos de la Administración central, institucional, autonómica, provincial o insular y municipal del Estado; sedes de los órganos constitucionales del Estado y en las de los órganos centrales de la Administración del Estado; edificios públicos militares y en los acuartelamientos, buques, aeronaves y cualesquiera otros establecimientos de las Fuerzas Armadas y de las Fuerzas de Seguridad del Estado; y en locales de las misiones diplomáticas y de las oficinas consulares, en las residencias de sus jefes y, en su caso, en sus medios de transporte oficial.
Por tanto, sintámonos orgullosos de nuestra bandera, de ser españoles, de derechas o de izquierdas, da igual, pues nuestra enseña nos arropa a todos y nos identifica ante el mundo como españoles.