Los habitantes del Pueblo Saharaui se despertaron con la noticia de que su territorio pertenecía a España en 1884, después de que las potencias coloniales europeas se la adjudicaran en la Conferencia de Berlín de ese mismo año. Desde entonces España gobernó las “posesiones Españolas del Sahara Occidental” hasta 1975. En 1958 se produce un cambio sustancial en la relación de España con el pueblo saharaui, ya que se reconoce la nacionalidad española a sus habitantes y este territorio se convierte en la provincia española, numero 53, con la denominación de Sahara. Sin embargo la ONU solicitó a España que procediera a la descolonización del territorio, en línea con todas las resoluciones en los procesos descolonizadores que se produjeron tras el final de la Segunda Guerra Mundial. Una de ellas, muy cercana, física y emotivamente, fue la resolución 2429 de 1968, por la que la ONU pedía al Reino Unido que terminara la situación colonial en Gibraltar, aún pendiente de acatar.
España firmó los acuerdos de Madrid el 14 de noviembre de 1975, pocos días antes de la muerte del dictador general Franco, ocurrida el día 20 de ese mismo mes. El entonces Príncipe D. Juan Carlos, designado sucesor de Francisco Franco en 1969, ejercía como jefe de Estado interino durante la enfermedad de Franco. Y como príncipe firmó los mencionados acuerdos de Madrid, ya que fue proclamado Rey de España 8 días después, el 22 de noviembre de 1975. ¿Mucha prisa en momentos especialmente delicados? Sin duda, mucha, y lo confirma otro dato. En los acuerdos de Madrid se establece una administración temporal tripartita entre España, Marruecos y Mauritania. ¿Cuánto duró esa administración tripartita? Tres meses mal contados, ya que España abandona el Sahara formalmente el 26 de febrero de 1976, sin cumplir los acuerdos de Madrid que comprendían el realizar un referéndum de autodeterminación para la población saharaui. A ese Pueblo se le estafó, porque nunca se le consultó nada de nada. Desde 1973, cuando se creó el POLISARIO, se ha venido reclamando la independencia de ese pueblo y el territorio que le pertenece. Cuando España abandona el Sahara, el Frente Polisario proclamó la RASD en 1976. La RASD (República Árabe Saharaui Democrática), es miembro de la Unión Africana, reconocida por países, no sólo africanos sino latinoamericanos. Aunque su idioma principal es el hasanía, una parte importante del pueblo saharaui habla español. La RASD tiene su sede en el exilio en los campos de refugiados de Tinduf (Argelia)
Actualmente el Sahara Occidental está controlado por el gobierno de Marruecos. Tradicionalmente la política española ha sostenido la resolución de la ONU, que considera al Sahara Occidental un territorio no autónomo pendiente de descolonización. No obstante, en marzo de 2022, el presidente del gobierno español D. Pedro Sánchez manifestó, después de que su móvil fuese jaqueado, en medios se especula, por la inteligencia marroquí, por carta Mohammed VI, rey de Marruecos, que apoyaba el plan de autonomía marroquí sobre el territorio saharaui. Sin encomendarse al Parlamento Español, donde reside la soberanía del pueblo. Este Plan autonómico, incumple las resoluciones de la ONU que se centran principalmente en el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui y en la necesidad de una solución justa y duradera para el territorio. Resolución 1514 (XV) de 1960 afirmando el derecho inalienable del pueblo del Sahara Occidental a la autodeterminación, expresado a través de un referéndum libre e imparcial. La Resolución 690 (1991) del Consejo de Seguridad estableció la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sáhara Occidental (MINURSO) con el objetivo principal de organizar dicho referéndum. Desde 1991 un contingente de funcionario de la ONU está permanentemente residiendo en Dakla (antigua Villa Cisneros, capital española). Han pasado 34 largos años, sin que se haya producido el tan reiterado Referéndum. Posteriormente el Consejo de Seguridad de la ONU ha abogado por una solución política mutuamente aceptable entre las partes involucradas (Marruecos y el Frente Polisario).
Hasta aquí una relación de hitos que permiten comprender la desazón de todo un pueblo al que se le ha ninguneado la capacidad de decidir su futuro, pasando de una potencia colonial a otra… Por ello se produce una marcha como la iniciada el 18 de mayo y que llegará a Algeciras el 30 y 31 para reivindicar el derecho a la autodeterminación y la independencia del Sahara Occidental. De esta forma, pacíficamente se desea visualizar la tragedia del pueblo saharaui, denunciando la ocupación marroquí, la liberación de presos políticos, ya que en el territorio no se permite cuestionar la soberanía marroquí del mismo y por último pretende despertar a la comunidad internacional. Y se realiza precisamente en momentos tan desgraciados, -el genocidio del pueblo palestino en Gaza o las muertes en la invasión Rusia de Ucrania-, que dejan bien a las claras la enorme debilidad de esa comunidad internacional. La Marcha es una iniciativa más a la que apoyar para proteger los derechos de los pueblos a la libertad y la independencia.
Fdo Rafael Fenoy