La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha pedido "libertad para ser coherente", tras negarse a usar pinganillo durante la Conferencia de Presidentes cuando se hablaba en otras lenguas, y ha trasladado que ella no pide al resto de los dirigentes autonómicos del PP la sigan, ya que no necesita "hacer sainetes con nadie".
En una rueda de prensa desde el Palacio de Pedralbes, la dirigente regional ha reivindicado que no necesita hacer "sainetes con nadie" sobre este asunto, al igual que ningún presidente autonómico le ha "pedido permiso para hablar en valenciano o en gallego".
"Me parece bien que cada uno hable y se exprese como uno considera. Ayer en el Parlamento autonómico advertí que esto a mí me parece una farsa, el ir acostumbrándonos a hablar entre los que estamos aquí con pinganillo. A mí que una persona en valenciano tenga que hablar con un gallego y que, dentro de una Conferencia en la que hemos venido a hablar para poner cuestiones en común, lo hagan con pinganillo y traducción, me parece una farsa", ha incidido.
Así, ha subrayado que le "encanta" Cataluña y defiende la "unidad de España por encima de todo", por ello, le "duele profundamente que se rompa a través de la lengua". "Muchas veces no se está utilizando el catalán como una riqueza, sino como un arma de división", ha asegurado Díaz Ayuso, a la vez que ha defendido que si se abordan cuestiones que afectan a todos, como la inmigración, no entiende por qué no lo abordan desde el idioma común.
"Es que tener que hacerlo a través de un traductor cuando hablamos todos perfectamente español, pues me parece lo que me parece. Ahora, ¿estoy en contra de las lenguas cooficiales? En absoluto. ¿Son parte y riqueza cultural de España? Desde luego", ha valorado la presidenta.
"Cuando todos, también los propios presidentes de País Vasco y Cataluña en el turno de réplica, después se han seguido hablando cada uno como han considerado, no pasa nada. Pero yo no sé cómo manifestar que estoy en contra, yo pido libertad para manifestar que a mí esto no me gusta", ha puntualizado la mandataria madrileña.