Las desapariciones se disparan: récord en los registros oficiales

Publicado: 20/06/2025
Tal y como advierten en un artículo publicado en 'Science', se está desarrollando una "crisis silenciosa" con los datos del censo
Investigadores de la Universidad de Southampton (Reino Unido) y la Universidad de Columbia (Estados Unidos) señalan que millones de personas en todo el mundo no están siendo contabilizadas en los datos de censos y encuestas, lo que deja a los responsables políticos en la oscuridad respecto de las poblaciones que gobiernan.

Tal y como advierten en un artículo publicado en 'Science', se está desarrollando una "crisis silenciosa" con los datos del censo debido a la disminución de las tasas de respuesta y las preocupaciones sobre la precisión de los datos. Así, describen una "tormenta perfecta" de perturbaciones provocadas por la pandemia de COVID-19, la disminución de la confianza en las instituciones y el colapso del apoyo internacional.

Por otra parte, agregan que los recientes recortes a los presupuestos de ayuda internacional de los EE.UU., el Reino Unido y otros países europeos empeorarán la situación. "La falta de datos del censo compromete todas las áreas de la administración pública, pero no vemos estas estadísticas de la misma manera que otras infraestructuras vitales, como puentes o carreteras", argumenta la doctora Jessica Espey, autora principal del artículo de la Universidad de Southampton.

Cuando no se contabilizan los grupos, pueden quedar fuera de la agenda política. Esa subrepresentación política y la consiguiente asignación inadecuada de recursos pueden tener efectos perniciosos. Así, las decisiones sobre dónde construir un hospital o cómo asignar recursos a las escuelas dependen de saber cuántas personas viven en cada lugar y quiénes son. Esta información es especialmente importante durante una crisis, como un brote de una enfermedad o un desastre natural.

Los censos, un dispositivo de la administración gubernamental desde la época romana, proporcionan estos datos permitiendo a los gobiernos dirigir recursos y anticipar desafíos y oportunidades futuras, como una población que envejece o una población cada vez más joven. Sin embargo, el porcentaje de la población mundial cubierta por censos actualizados, realizados cada diez años, ha disminuido. Además, 24 de los 204 países que realizaron un censo entre 2015 y 2024, lo que representa una cuarta parte de la población mundial, no han publicado sus resultados.

Las encuestas posteriores al censo, que evalúan de forma independiente la exhaustividad del mismo, sugieren una disminución en la precisión y la cobertura. El Censo de EE. UU. de 2020 probablemente subcontó a la población latina estadounidense en 2,9 millones de personas, mientras que el censo sudafricano de 2022 subcontó a su población general en hasta un 31 %. La ONU estima que uno de cada tres africanos no fue contabilizado en la ronda del censo de 2020. La pandemia de COVID-19 interrumpió las entrevistas tradicionales casa por casa y afectó la financiación. Los investigadores también destacan la creciente desconfianza en los gobiernos nacionales, ya que algunas comunidades temen que las fuerzas del orden en materia de inmigración o la toma de decisiones basada en inteligencia artificial utilicen sus datos en su contra, mientras que otras están preocupadas por la amenaza de filtraciones de datos y ciberataques.

Por otra parte, en febrero de este año, la administración Trump recortó el apoyo al programa de Encuestas Demográficas y de Salud (DHS), que proporcionó datos vitales sobre la población de 90 países durante cuatro décadas, a menudo cubriendo las lagunas causadas por la falta de datos censales. Otros países, como el Reino Unido, Francia y los Países Bajos, han reasignado la ayuda al desarrollo al gasto en defensa, reduciendo tanto la asistencia directa a los países como a las agencias de la ONU que prestan apoyo en censos y encuestas.

"Vivimos en una era de datos aparentemente ilimitados, pero parte de nuestra información demográfica más esencial se está deteriorando, lo que introduce sesgos conocidos y desconocidos en la toma de decisiones", comenta la coautora doctora Dana Thomson de la Universidad de Columbia.

Los investigadores dicen que las nuevas tecnologías, como las huellas de edificios derivadas de imágenes satelitales mediante IA, pueden respaldar la planificación e implementación de censos y potencialmente reducir costos.

También dicen que los gobiernos necesitan hacer más para generar confianza, demostrar cómo los datos del censo afectan la vida diaria de las personas y ser transparentes sobre cómo se utilizan estos datos para fundamentar las decisiones.

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