La estimación de carbono que resta para alcanzar temperaturas +1,5 °C sobre niveles preindustriales se agotaría en poco más de tres años con los niveles actuales de emisiones de CO2.
El último estudio de Indicadores del Cambio Climático Global, publicado en la revista Earth System Science Data, revela que la estimación central del presupuesto de carbono restante para alcanzar los 1,5 °C es de 130.000 millones de toneladas de CO2 (a principios de 2025). También sugiere que el presupuesto para alcanzar los 1,6 °C o los 1,7 °C podría superarse en nueve años.
El profesor Piers Forster, director del Centro Priestley para el Futuro del Clima de la Universidad de Leeds y autor principal del estudio, declaró en un comunicado: "Nuestra tercera edición anual de Indicadores del Cambio Climático Global muestra que tanto los niveles como las tasas de calentamiento no tienen precedentes. Las continuas emisiones récord de gases de efecto invernadero significan que cada vez más personas estamos experimentando niveles peligrosos de impacto climático".
Las temperaturas han aumentado año tras año desde el último informe del IPCC en 2021, lo que pone de relieve cómo las políticas climáticas y el ritmo de la acción climática no están a la altura de lo necesario para abordar los impactos cada vez mayores.
UN PANORAMA COMPLETO
Realizada por un equipo de más de 60 científicos internacionales, la actualización de este año de los indicadores clave del sistema climático incluyó dos indicadores adicionales: el aumento del nivel del mar y la precipitación terrestre global, para un total de 10 indicadores. Esta información es crucial para los responsables de la toma de decisiones que buscan un panorama actual y completo del estado del sistema climático global.
En 2024, la mejor estimación del aumento observado de la temperatura superficial global fue de 1,52 °C, de los cuales 1,36 °C pueden atribuirse a la actividad humana. El alto nivel de calentamiento inducido por el ser humano y su elevada tasa de calentamiento se deben a que las emisiones globales de gases de efecto invernadero se han mantenido en un máximo histórico en los últimos años.
Según el estudio, las altas temperaturas de 2024 son alarmantemente normales, dado el nivel de cambio climático antropogénico. Esta influencia humana se encuentra en su punto más alto y, combinada con la variabilidad natural del sistema climático (que provoca que las temperaturas varíen naturalmente de un año a otro), ha impulsado el aumento de la temperatura media global a niveles récord.
EN LA DIRECCIÓN EQUIVOCADA
Si bien alcanzar 1,5 °C de aumento de la temperatura global en un solo año no implica un incumplimiento del histórico Acuerdo de París -para ello, las temperaturas medias globales tendrían que superar los 1,5 °C durante varias décadas-, estos resultados sí reafirman la magnitud y la rapidez con la que las emisiones van en la dirección equivocada. Y los impactos solo dejarán de agravarse cuando las emisiones de CO2 procedentes de combustibles fósiles y la deforestación alcancen cero emisiones netas.
Al analizar el cambio de temperatura a largo plazo, las mejores estimaciones muestran que entre 2015 y 2024 la temperatura media global fue 1,24 °C superior a la de la era preindustrial, con 1,22 °C causados por la actividad humana. Esto significa que, en esencia, nuestra mejor estimación es que todo el calentamiento observado en la última década ha sido inducido por el ser humano.
La actividad humana ha provocado la liberación a la atmósfera del equivalente a unos 53.000 millones de toneladas de CO2 (Gt CO2e) cada año durante la última década, principalmente debido al aumento de las emisiones derivadas de la quema de combustibles fósiles y la deforestación. En 2024, las emisiones de la aviación internacional -el sector con la mayor caída de emisiones durante la pandemia- también volvieron a los niveles prepandémicos.
Las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) también han provocado una mayor acumulación de gases de efecto invernadero en la atmósfera. En combinación con la disminución de las emisiones de dióxido de azufre (SO2), que genera aerosoles que enfrían el planeta, el resultado es que el planeta continúa calentándose. El daño causado por los aerosoles a la salud humana supera con creces cualquier beneficio mínimo en términos de enfriamiento, y existen otros GEI de corta duración que pueden y deben abordarse junto con el CO2, como el metano (CH4), que podrían proporcionar un enfriamiento a corto plazo que compense la disminución de los aerosoles.
Las actividades humanas también han afectado el equilibrio energético de la Tierra. El calor excedente que se acumula en el sistema terrestre a un ritmo acelerado está impulsando cambios en todos los componentes del sistema climático. La tasa de calentamiento global observada entre 2012 y 2024 prácticamente se ha duplicado con respecto a los niveles observados en las décadas de 1970 y 1980, lo que ha provocado cambios perjudiciales en componentes vitales, como el aumento del nivel del mar, el calentamiento de los océanos, la pérdida de hielo y el deshielo del permafrost.
El océano almacena alrededor del 91 % de este exceso de calor impulsado por las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que provoca el calentamiento del océano. El aumento de la temperatura de las aguas provoca el aumento del nivel del mar y la intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos, y puede tener efectos devastadores en los ecosistemas marinos y las comunidades que dependen de ellos. En 2024, el nivel del océano alcanzó valores récord a nivel mundial. Entre 2019 y 2024, el nivel medio del mar a nivel mundial también aumentó alrededor de 26 mm, más del doble de la previsión a largo plazo.