Ni el calor sofocante de junio, ni la tradicional carrera de la Noche de San Juan, ni la rutina del lunes pudieron detener la pasión. El 24 de junio de 2025 quedó grabado en el corazón de Jaén como el día en que su equipo, el Real Jaén, volvió a ser grande. Una ciudad entera se rindió ante un escudo, una camiseta y un sentimiento que llevaba ocho años esperando este momento. El histórico ascenso a Segunda RFEF se celebró como merecía: con alma y orgullo.
Desde primeras horas de la tarde, una marea blanca comenzó a formarse en torno al Estadio Nuevo La Victoria. Desde allí, comenzó el recorrido triunfal de los héroes, aquellos que no solo han ganado partidos, sino que han levantado la ilusión de toda una provincia. A bordo de un autobús descapotable, los jugadores —algunos con pelucas, otros disfrazados, pero todos con el corazón alborotado— saludaban a una afición que nunca dejó de creer, ni en los días más grises.
A las puertas del Ayuntamiento y en la majestuosa Plaza de Santa María, la emoción se desbordó. En ese epicentro simbólico de Jaén, se alzó la voz con una promesa: “Volveremos muy pronto”, en alusión al sueño del ascenso a Primera RFEF.
La celebración no fue solo un acto deportivo, fue una manifestación de identidad. En Jaén, el fútbol no es un pasatiempo, es un legado que pasa de generación en generación, y ahora, ese legado vuelve a latir con fuerza.
