Los líderes de la OTAN han rubricado este miércoles su compromiso con elevar el objetivo de gasto en Defensa al 5% del PIB en la próxima década, en el acuerdo con el que la alianza atlántica renueva su horizonte de inversión militar acuciada por la presión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el escenario de seguridad turbulento marcado por la invasión rusa de Ucrania.
Según la declaración firmada por todos los líderes aliados tras la cumbre de La Haya, los países de la OTAN confirman el acuerdo para aumentar la inversión militar hasta el 5%, atendiendo a las necesidades militares de la organización, de aquí a 2035.
"Los aliados se comprometen a invertir anualmente el 5% del PIB en necesidades básicas de defensa, así como en gastos relacionados con la defensa y la seguridad, de aquí a 2035, para garantizar nuestras obligaciones individuales y colectivas", recoge el documento sellado por los 32 aliados. Con este paso, la OTAN actualiza el listón mínimo del 2% pactado en la cumbre de Gales, en 2014, un compromiso que más de 10 años después cumplen 23 de los 32 aliados.
En rueda de prensa tras la reunión, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha afirmado que el nuevo plan de inversión militar, el principal resultado de la cumbre, "se trata de un compromiso significativo en respuesta a las importantes amenazas que se ciernen sobre nuestra seguridad".
El ex primer ministro neerlandés ha defendido que el compromiso es "ambicioso pero esencial" y evidencia que los 32 aliados deben estar listos para "dar un paso adelante". Así ha querido recalcar que Europa y Canadá harán más en inversión militar "igualando su gasto" con el de Estados Unidos y asumiendo una mayor responsabilidad en la seguridad compartida".
FÓRMULA DE 3,5% + 1,5% Y REVISIÓN EN 2029
La cumbre de La Haya consolida la nueva fórmula en la OTAN para dedicar "al menos" el 3,5% anualmente a gasto en Defensa en inversión pura militar. En paralelo la alianza reserva otra partida de hasta 1,5% del PIB para inversiones relacionadas con Defensa, caso de infraestructuras, defender las redes y garantizar la preparación civil, elevar la innovación y fortalecer la base industrial de Defensa.
Para ello los aliados se comprometen a presentar planes anuales que "muestren un camino creíble e incremental para alcanzar este objetivo", en otras palabras, para garantizar que la trayectoria de gasto va al alza los próximos años.
Como meta volante, los líderes de la OTAN confirman una revisión de los planes de gasto en 2029, "a la luz del entorno estratégico y de los objetivos de capacidades actualizados".
ESPAÑA NO ASUME EL OBJETIVO DE GASTO
España finalmente se ha suscrito a la declaración, auque defiende que la carta de Rutte unos días antes que otorga flexibilidad en el cumplimiento del objetivo le reconoce una trayectoria de gasto diferenciada a España y vinculada a completar sus requerimientos militares con la OTAN.
Pese a que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, insiste en que España no asume ese objetivo y apela a la carta bilateral con el líder de la OTAN, lo cierto es que la declaración implica a todos los aliados en la senda de gasto y no incluye ninguna referencia a las peticiones de España.
Fuentes aliadas explican a Europa Press que la declaración al aprobarse por consenso vincula a los 32 miembros de la organización, mientras que consideran que la carta de Rutte es usada por Sánchez para "consumo interno" pero no consolida una excepción para España, ni reconoce un listón de gasto diferente.
REFERENCIAS A UCRANIA Y A RUSIA
En un documento especialmente escueto, de tan solo cinco puntos, la OTAN evita grandes manifestaciones sobre la guerra en Ucrania, asunto que marcó anteriores cumbres y se limita a reafirma los "compromisos soberanos permanentes de prestar apoyo a Ucrania".
Así, insiste en que la seguridad de Ucrania contribuye a la del bloque euroatlántico, pero no repite las referencias de pasadas reuniones a la adhesión de Kiev, cuando se señalaba el camino de Kiev a la OTAN como "irreversible".
Respecto a Rusia, la declaración de los líderes de la OTAN tampoco menciona su invasión de Ucrania y las referencias se reducen a señalar que Moscú representa una "amenaza a largo plazo" para la seguridad euroatlántica.
Este lenguaje tan contenido respecto a Ucrania, y el hecho de una declaración tan corta, coincide con las reticencias de Washington a referirse en el contexto de la OTAN a la situación en el este de Europa. A cambio, los aliados europeos arrancan a Estados Unidos un compromiso con la defensa colectiva, "consagrada en el Artículo 5 del Tratado de Washington, según el cual un ataque contra uno es un ataque contra todos".
Está "absolutamente claro", ha asegurado Rutte al ser preguntado por las implicaciones del Artículo 5, después de que Trump pusiera en duda la cobertura de la cláusula de la OTAN, si bien ha matizado que los países aliados "nunca entrarán en detalles" sobre los momentos "exactos" en que pueden invocar la seguridad colectiva, ya que entiende que ayudaría a los "adversarios".
INDUSTRIA DE DEFENSA
Aparte, la cumbre de la OTAN subraya la necesidad de elevar la cooperación industrial transatlántica para potenciar la producción de equipos militares en pleno auge de la necesidades en materia de Defensa, instando así a "aprovechar la tecnología emergente".
"Trabajaremos para eliminar las barreras al comercio de defensa entre los aliados y aprovecharemos nuestras asociaciones para promover la cooperación industrial en materia de defensa", ha señalado la declaración sellada en la capital neerlandesa.