La llamada
Plataforma Sevilla para la Acción ha sido la primera
herramienta que concreta la apuesta por un
nuevo modelo de financiación del desarrollo surgida de la jornada inaugural de la IV Conferencia Internacional para la Financiación al Desarrollo de la ONU que se celebra en la capital de Andalucía y que
ya contempla 130 acciones apoyadas por los países participantes.
La herramienta ha sido presentada por
el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el secretario general de la ONU, António Guterres, una plataforma para “
lanzar iniciativas innovadoras, transformadoras y con un impacto medible”, una iniciativa que ya cuenta con
130 acciones concretas y medibles que se sumarán al
Compromiso de Sevilla, el documento político que saldrá de esta cumbre.
Entre esas medidas está el
nuevo paquete de ayuda de 145 millones destinado a la lucha contra el Sida, la malaria y la tuberculosis, que se suma a los 130 millones para vacunas (iniciativa Gavi), y el impulso, junto a una coalición de países, para trabajar a favor de “una
mayor contribución del sector de la aviación a las transiciones justas y a la resiliencia climática a través de una
tasa específica a los billetes de clase ejecutiva y también a los jets privados”, según ha explicado Sánchez.
A esas medidas se suman las propuestas de
reducción de deuda a países en desarrollo, mediante compromisos de
canalizar esos recursos a áreas como la seguridad alimentaria, la nutrición, la acción climática o la salud o sobre tributaciones “justas” a grandes fortunas.
Escenario “sombrío”
Sánchez defiende que, a pesar del “sombrío” escenario actual
, “los recursos existen” porque con menos del 1% de la riqueza global, es decir con 4,3 billones de dólares, se podría
cerrar el déficit anual necesario para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“Existe la capacidad, pero faltan la voluntad y el coraje para llevarlo a efecto”, decía el presidente.
El presidente también ha anunciado la creación de la
Casa de Naciones Unidas, en Madrid, una nueva sede que acogerá a equipos de varias agencias de la ONU para que puedan realizar su trabajo con “seguridad apoyo y reconocimiento”, según ha indicado. Según avanzó, España va a defender e
impulsar el multilateralismo, ante el “debilitamiento evidente” que está sufriendo.
Para Sánchez, es necesario “
trasladar un mensaje de fortaleza al multilateralismo”, especialmente ante los debates en el seno de la UE de de la OTAN de incrementar, tanto el gasto militar como la ayuda al desarrollo, porque
en ambos hay que tener “voluntad política y recursos”.
“Esta es una
oportunidad para cambiar el rumbo, para alzar nuestra voz, frente a quienes intentan convencernos de que
la rivalidad y la competencia van a marcarle el paso a la humanidad y su futuro”, decía el presidente español en la inauguración de la Cumbre.
En el mismo sentido se expresaba el
secretario general de la ONU, quien alertaba que “ahora mismo
el motor de la financiación al desarrollo se está ahogando”, apuntando que “esta conferencia
no trata de caridad, no trata de dinero” sino de “
personas que pasan hambre, niños que no reciben vacunas”.
Cuatro billones de dólares
Guterres, que cifraba en
4 billones de dólares la necesidad de financiación, apuntaba que se está aún a tiempo de “cambiar el rumbo”
movilizando recursos nacionales, reforzando los sistemas tributarios y triplicando la capacidad de los bancos multinacionales de desarrollo, también con el objetivo de
“reparar el sistema mundial de la deuda” que es “injusto e inasaquible”.
Por su parte,
Felipe VI, que se ha encargado de inaugurar oficialmente la cumbre, advertía de que “una
nueva geopolítica no puede ni debe desembocar en una enmienda a la totalidad” al Derecho Internacional.
El monarca apostó por estar
“muy vigilantes para que eso no suceda” y “persistir en el largo camino de la
diplomacia multilateral”, del que ha reconocido que no siempre “es el más rápido o directo”, pero sí el más fiable porque
“sabemos adónde han conducido otros caminos a lo largo de la historia”.