La satisfacción de necesidades de seguridad se sitúa en el segundo nivel de la jerarquía de necesidades, con la que el psicólogo Abraham Maslow propuso explicar la motivación y el comportamiento humano. Casi todos tenemos experiencia de haber recibido alguna llamada de teléfono en la que nos informan que la van a grabar por seguridad. Pero no es por nuestra seguridad, sino que quien nos llama quiere asegurarse de que no podremos reclamar. También velan por nuestra seguridad con las cookies cuando navegamos por internet, y se incluyen avisos legales que casi nadie lee. Todo para eximir de responsabilidad al que hace negocio y descargarla en nosotros.
Las autoridades velan por nuestra seguridad, pero cada vez hay más inseguridad en las calles, e incluso si alguien entra en nuestra casa se protege más al delincuente. En cuanto a la seguridad alimentaria, se permite la entrada por nuestras fronteras y la comercialización de productos agrarios contaminados con fitosanitarios ilegales o en dosis no permitidas (
https://webgate.ec.europa.eu/rasff-window/screen/search). De la seguridad jurídica mejor no hablar, cuando las leyes se cambian para beneficiar a los que las incumplen.
Menos mal que en Jaén las cosas son diferentes. Vamos a tener kilómetros de fibra óptica y más de 200 cámaras para velar por la seguridad de la ciudad. Es encomiable que, con una deuda municipal de alrededor de 600 millones de euros que nos sitúa en la bancarrota, tengamos la habilidad de invertir 7 millones de euros en una suerte de Gran Hermano que denominan Zona de Innovación Tecnológica (ZIT). No parece razonable oponerse a cualquier iniciativa que suponga innovación, que esté basada en la tecnología y que nos dé más seguridad. La cuestión está en lo que se sacrifica a cambio. Todo tiene un precio.
Hace no mucho tiempo, cuando algunas entidades financieras engañaron a sus clientes con preferentes y otros productos financieros que no correspondían a su perfil, se comentaba que las cámaras de vigilancia que tienen estas entidades debían estar apuntando hacia el interior más que hacia el exterior, ya que es donde más posibilidades hay de que se queden con nuestro dinero. Teniendo en cuenta los agujeros en las cuentas públicas causados por decisiones de sus gestores sin asumir ninguna responsabilidad patrimonial, quizás fuera bueno que, por seguridad, se instalaran cámaras de vigilancia permanentes conectadas con la UCO que desincentiven el nepotismo, malgastar el dinero público, las comisiones en contratos públicos y otros gastos en cuestiones poco justificables. No es que no nos fiemos, solo sería por seguridad