Cumpleaños infantiles

Publicado: 09/07/2025
Ahora el patio y la cocina de la casa familiar no tienen nivel suficiente para cumplir años: rancio, carca, pobre...
Una de las celebraciones más entusiastas que un adulto puede vivir a día de hoy es, sin lugar a dudas, el cumpleaños de un niño. No sé si lo más inolvidable de estas citas es el enérgico rato de convivencia que se establece entre los pequeños o el agolpamiento de padres que reivindican su refresco, si la intensidad de los gritos que generan los invitados o el derroche de comida que propicia el festín, si el consuelo que exige el habitual niño herido o la rabieta que provoca en algunos muchachos el haber perdido el partido de fútbol. Lo cierto, en cualquier caso, es que la conmemoración del alumbramiento de un crío genera recuerdos imperecederos.

Recapitulemos momentos. El desvelo comienza a multiplicarse en el protagonista cuando se acerca la fecha; también en los padres y familiares más próximos, y es que no son pocos los detalles que exigen cuidado para que la ilusión relumbre como oro bruñido. ¿Cómo no, pues, destacar, antes aún del propio evento, la elección de la temática del acto? Qué relevante es elegir bien si vajilla roja o azul, cristalería verde o rosa, piñata de Mickey o Sonic, mantel de Minnie o Pocahontas. ¿Y sobre la selección de amigos? Cuántos repasos a la lista, como si tuviéramos que realizar la convocatoria para unos Juegos Olímpicos… Sobre la elección del lugar de autos es fundamental no quedar por detrás de nadie: se hace virtud la generosidad en este aspecto, aunque la cartera sufra algún varetazo. Otro asunto preponderante es el diseño de la tarjeta de felicitación, anuncio manifiesto de la esperada cita. Absolutamente todo es de ensueño, qué duda cabe…

Y es que las cosas han cambiado, y no poco. La sociedad y la adquisición de falsos derechos del homenajeado exigen a la fiesta un listado tan amplio de requisitos que ya no vale con unos sándwiches de fiambre y unos batidos, unos gusanitos y un balón. ¿A qué padres se les ocurriría…? Ahora el patio y la cocina de la casa familiar no tienen nivel suficiente para cumplir años: rancio, carca, pobre... De esta forma, consintiendo la voluntad de unos y cediendo ante la imposición de otros, todo esfuerzo resulta escaso para contentar al cumpleañero actualmente, ese que, en realidad, padece con inocencia la degeneración en la que los adultos hemos volcado la sencillez de soplar las velas en compañía de las personas cercanas.

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