El oncólogo Emilio Alba, director del Centro de Investigaciones Médico Sanitarias (CIMES) de la UMA ha alertado de que “claramente” el sistema no está preparado para afrontar la creciente demanda asistencial provocada por las enfermedades crónicas. Así lo ha manifestado en el cierre del seminario que dirige en Ronda “Grandes retos sanitarios: la voz de profesionales y pacientes”, en el que ha incidido en que el principal obstáculo no es solo económico. “La demanda de servicios crece a una velocidad más alta que crece la riqueza del país y esto es un problema”, ha afirmado. Pero ha insistido en que el verdadero reto es de gobernanza: “El sistema sanitario ahora mismo se está utilizando como un arma de unos políticos contra otros. Esto necesita un gran pacto de Estado”.
En cuanto a la estructura asistencial, el también catedrático de la UMA ha remarcado que “hay que reestructurar el sistema para darle una atención a las enfermedades crónicas y separarlas claramente de lo que es la aproximación a las enfermedades agudas”. Y ha sido tajante al respecto: “Los hospitales no se pueden convertir en una mezcla absolutamente caótica de pacientes agudos y crónicos”. El especialista ha insistido en que es imprescindible invertir más en prevención y transformar la atención primaria: “No va de que los médicos vean a 30 o 40 pacientes, hay que reestructurar toda la atención primaria en el sentido de que tanto el personal médico como las personas verdaderamente se conozcan durante un tiempo largo”.
En relación con la oncología, Emilio Alba ha apuntado que el cáncer de pulmón, el de mama, el colorrectal y el cáncer de próstata son los más frecuentes. Sin embargo, ha llamado la atención sobre un fenómeno preocupante: “Hay un aumento de tumores digestivos en personas menores de 50 años y eso se está viendo prácticamente en todo el mundo desarrollado”. Aunque la causa no está clara, ha indicado que “parece que es por una alteración de la microbiota intestinal”, probablemente vinculada a la alimentación o al uso masivo de antibióticos. Sobre la situación en Málaga, ha detallado que hay entre 11.000 y 12.000 casos anuales nuevos, de los cuales se curan aproximadamente un poco más de la mitad, un 55%. La tasa de curación ha sido superior en mujeres (60%) que en hombres (50%). Respecto a la financiación, ha subrayado que dedicamos un PIB para sanidad que es menor al de los países de nuestro entorno; por eso, aunque ve positivo un aumento en el presupuesto, ha insistido: “No va a tener arreglo hasta que todas las grandes fuerzas políticas se pongan de acuerdo en una reestructuración del sistema que es urgente y necesaria”.
Turismo gastronómico: un motor de desarrollo económico, local y sostenible
El seminario “Gastronomía como experiencia turística, oleoturismo y enoturismo” ha finalizado hoy también en la almazara La Organic, un espacio distinguido por su peculiar arquitectura que ha servido de escenario para abordar debates en torno al turismo gastronómico. Su director, Antonio Guevara, ha celebrado el éxito de esta actividad, que logró agotar el aforo en menos de 48 horas, y ha destacado la necesidad de replantear el modelo turístico actual. “Lo que buscamos cuando viajamos es una experiencia completamente distinta. Nadie quiere ser turista cuando hace turismo”, ha subrayado.
Durante el curso, el protagonismo ha recaído en la gastronomía como herramienta de desarrollo local y sostenible. Las sesiones, de carácter eminentemente práctico, han incluido catas, visitas y encuentros con productores locales. Todo ello ha permitido mostrar cómo la tradición culinaria y el diseño de los espacios pueden enriquecer la experiencia turística y, a la vez, servir de motor económico, sobre todo en territorios de interior. Por ello, Guevara ha alertado también sobre el fenómeno de la “gastrificación”, en el que el turismo masivo expulsa lo local en favor de una oferta artificial y estandarizada. En este sentido, ha defendido que modelos como el propuesto por Ronda permiten apostar por un turismo que revitaliza los territorios sin saturarlos: “Cada tipo de turismo tiene unas características, y cuando los territorios deciden apostar por uno deben planificar también qué volumen de turistas quieren”.
No obstante, el exdecano de la facultad de Turismo de la UMA ha querido recalcar que gastronomía no siempre tiene que ser sinónimo de lujo, en referencia a la relación que popularmente se hace entre turismo gastronómico y alta cocina. Guevara ha manifestado la necesidad de democratizar el turismo gastronómico, alejándolo de una visión elitista, pero que respete estándares de calidad. Para ello, ha insistido en distinguir entre gastronomía y artes culinarias, y ha subrayado la importancia de incorporar estas últimas al ámbito universitario para que se extiendan más allá de los restaurantes de élite. “Ahora mismo lo que está ocurriendo es que solamente determinados restaurantes de mucha élite son los que llevan la alta cocina o las técnicas culinarias de alto nivel”, ha señalado. A su juicio, resulta fundamental que esas técnicas se incorporen a los programas académicos y se universalicen para que no queden restringidas a unos pocos bolsillos. Por último, ha añadido que, si bien los restaurantes con estrellas Michelin tienen su valor para el territorio, el verdadero impulso turístico se consigue con una base sólida de restaurantes medianos, “con buena gastronomía y precios más asequibles”.