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Aljarafe

Un olivar superintensivo en Aznalcázar impide la recuperación hídrica natural de Doñana

La transformación de la finca Hato Blanco impide la restauración del trazado original del Caño Guadiamar, clave en el programa Marco sobre Doñana

  • Olivos plantados en la finca de Hato Viejo. -

Ecologistas en Acción ha denunciado este jueves que la implantación de un olivar superintensivo en la finca Hato Blanco, ubicada en el término municipal de Aznalcázar, impide la recuperación del Caño Guadiamar en su trazado original, una actuación considerada clave para restaurar los aportes hídricos naturales al espacio protegido de Doñana. Según la organización, esta transformación supone un golpe severo al programa Marco sobre Doñana, que contemplaba dicho canal como una “esperanza” para revitalizar el equilibrio ecológico del entorno.

"La recuperación del Caño Guadiamar por su trazado original era una de las grandes esperanzas para devolver el agua a Doñana", ha señalado el colectivo ecologista en un comunicado. Sin embargo, lamentan que el terreno que debía ocupar este canal está actualmente ocupado por un cultivo intensivo de olivo que transforma la marisma y dificulta cualquier opción de restauración hídrica natural en la zona.

Al respecto, exponen que la recuperación del Caño se contemplaba dentro del paquete de propuestas del programa Marco sobre Doñana, pero "poco a poco se ha ido abandonando y no parece que se vaya a acometer, al menos recuperando su trazado original, ahora ocupado por estos cultivos superintensivos".

"Miles de olivos"

Y es que los responsables de la finca Hato Blanco "van a poner en producción miles de olivos superintensivos a base de seguir sobreexplotando las aguas del acuífero de Doñana y de saquear el Guadiamar, con el beneplácito de las administraciones Central y Autonómica, una, responsable de que pueda contar con el agua y la otra, de que se permita la transformación de la marisma en cultivos leñosos".

"La demada de agua del olivar superintensivo es brutal. Si en tierras de campiña se precisan dotaciones de unos 2.500 metros cúbicos por hectárea, en la marisma la demanda de agua del cultivo se dispara para compensar la salinidad de los terrenos, llegando a duplicar esa cantidad, para lo que la finca dispone de una balsa de más de 1 hectómetro cúbico que llena con las aguas concesionales y que hasta hace poco completaba con extracciones ilegales del acuífero, por lo que han sido llevados a juicio".

La condena por las extracciones

En ello pesa la condena a los responsables de la finca Hato Blanco Viejo, por delitos contra el medio ambiente y de daños al dominio público hidráulico, cometidos al extraer de un acuífero que surte al Parque Nacional de Doñana aproximadamente "el doble" del agua cuya detracción tenían autorizada, para riegos en su finca.

"El agua de Doñana va así a parar a olivares superintensivos que arruinan a los pequeños y medianos agricultores andaluces, que ven como los precios de referencia del aceite van cayendo conforme se incorporan al mercado las producciones derivadas de estos olivares superintensivos y como ya no alcanzan a cubrir los costes de producción, llevando al abandono de las tierras con la consecuente pérdida de actividad en la Andalucía rural", indican los ecologistas.

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