Lo que debía ser una reunión institucional entre el presidente de la Diputación de Jaén, Francisco Reyes, y el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, acabó convirtiéndose en un nuevo capítulo del creciente pulso político que se vive en la provincia. Reyes acudió al esperado encuentro con un listado de reclamaciones; Moreno, con una hoja de logros.
El Gobierno andaluz quiso dejar constancia de su compromiso con Jaén aportando cifras: 2.500 millones de euros movilizados desde 2019. Entre ellos, más de 130 millones para infraestructuras sanitarias, 52 millones para educación pública, 940 millones en políticas sociales y 383 millones para el campo jiennense. A estos datos, Juanma Moreno añadió proyectos concretos como el tranvía de Jaén —actualmente en pruebas—, la Ciudad Sanitaria, el Olivo Arena, o el impulso al biogás y la Universidad de Jaén, entre otros.
Moreno calificó la reunión de “cordial” en sus redes sociales e instó a la Diputación a seguir colaborando en la mejora de servicios públicos y en el “resurgimiento industrial” de la provincia.
Sin embargo, Francisco Reyes mostró la otra cara de la moneda. Aseguró que Jaén no está recibiendo de la Junta el mismo trato que sí percibe del Gobierno central y apuntó directamente a los “pasos atrás” en servicios públicos esenciales. Criticó especialmente la situación de la sanidad, con mención expresa al polémico traslado del centro de salud de Cazorla, y la reducción de 250 unidades educativas.
Además, Reyes señaló la paralización de proyectos clave como la autovía Torredonjimeno-El Carpio, la falta de apoyo al Cedetex o el agravio en las ayudas por sequía, donde comparó el caso jiennense con el de Córdoba, donde sí se arobó una ayuda.
En contraposición, destacó los compromisos del Gobierno de España, como el impulso al Cetedex, mejoras ferroviarias, el plan de abastecimiento de agua y la reapertura de la academia de la Guardia Civil en Úbeda.
Dos versiones de una misma reunión en la que Jaén estuvo en el centro.