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El sector estalla: “En El Palmar ya operan más vehículos ‘piratas’ que taxis oficiales”

Los taxistas de Vejer amenazan con protestas ante la pasividad institucional: “No pedimos más control, pedimos que haya control”

  • Parada de taxis en la playa de El Palmar (Vejer)

La Asociación de Taxis de Vejer, que agrupa a 16 de los 17 taxistas que operan de forma legal en la localidad, ha vuelto a lanzar un grito de auxilio ante un problema que, lejos de remitir, se agrava cada verano: la presencia masiva de vehículos particulares que operan como taxis sin licencia, especialmente en El Palmar. Una práctica que consideran ilegal, desleal y que atenta directamente contra su trabajo.

“La historia es para vivirla”, explican. “Es para venirse una noche y ponerse en la rotonda de entrada a El Palmar, o en la puerta de El Cortijo, y nadie se puede creer la impunidad que existe”

“Es un problema que se viene repitiendo desde hace años y que se acentúa más cada verano que pasa sin que nadie actúe para ponerle solución”, explican desde la asociación. Aunque admiten que se trata de un fenómeno extendido en muchas zonas turísticas del país, denuncian que “aquí, en El Palmar (Vejer), tenemos un problema enorme con los ‘piratas’… No es que haya uno o dos, es que creo que ya hay más vehículos ‘piratas’ que taxis oficiales”.

Las quejas han sido trasladadas al Ayuntamiento y a la Jefatura de la Policía Local, aunque los taxistas perciben una falta de respuesta contundente por parte de las autoridades. Tanto es así que, en tono irónico, algunos han llegado a comentar que “si nos da por ponernos en huelga, no os preocupéis que el servicio estará cubierto porque hay más ‘piratas’ que taxistas”.

La asociación insiste en la necesidad de que tanto la Policía Local como la Guardia Civil se impliquen de forma más activa en este problema. “Sabemos que es complicado y que su labor va más allá de este problema, pero es que la impunidad es total y el descaro roza lo increíble. Cargan incluso en las paradas. Nos quitan los servicios…”, lamentan.

Los taxistas aseguran tener identificados a casi una veintena de vehículos que operan diariamente como taxis ilegales. “Está ocurriendo todos los días. Cuando ocurre en días en los que hay muchísimo trabajo, pues hacemos de tripas corazón, pero esto ya es todos los días. Es descorazonador. Y es que hay días en los que no hay trabajo ni para nosotros. Ha pasado de castaño a oscuro y la cosa va a peor porque se sienten impunes”.

Explican que se trata, en la mayoría de los casos, de particulares que “quieren sacarse un dinero extra y cogen su propio vehículo para venirse a El Palmar y, una vez aquí, buscan a clientes para llevarlos de un lado a otro”. Muchos de ellos actúan con una organización sorprendente: “Incluso reparten tarjetas con sus números de teléfono. Ellos se aprovechan de que muchas veces se forman colas, sobre todo los fines de semana, y se acercan a los clientes a los que les ofrecen llevarlos sin tener que esperar que volvamos a la zona tras una carrera”.

Las colas suelen concentrarse en puntos de alta afluencia como la discoteca El Cortijo. “Ya es una costumbre”, señalan. Pero los ‘piratas’ no solo esperan: también se adelantan. “Se lían a dar vueltas por la zona y cuando ven a un grupo de chavales lo abordan y les preguntan si van a algún lado: ‘que os llevo’… Le venden la moto y listo”.

El panorama es tan preocupante que la propia Asociación reconoce que, pese a recurrir en numerosas ocasiones a compañeros de localidades cercanas como Benalup, Barbate o Conil para reforzar el servicio, a veces desisten. “Para mejorar el servicio en los fines de semana y en eventos destacados, tiramos muchas veces de compañeros… pero ya hay veces que nos da hasta cosa porque se los llevan ‘los piratas’”.

El problema ha crecido a la par que el número de visitantes. La presión turística en El Palmar durante los meses de verano, impulsada por sus playas, restaurantes y locales de ocio nocturno, ha desbordado las posibilidades del servicio legal y ha abierto la puerta a estas prácticas ilícitas. Lo más sangrante, afirman, es que estos conductores ilegales “cobran más caro que nosotros”.

“Pero son muchas las personas que se dejan llevar por el hecho de no tener que esperar una cola o porque simplemente están engañadas y no le dan importancia”, lamentan. La situación se agrava hasta el punto de que “hay noches en las que decidimos no llamar a los refuerzos porque el número de ‘piratas’ es tan grande que luego no hay trabajo para todos”.

Para los profesionales del taxi en Vejer, se trata de un problema que va mucho más allá de una cuestión de competencia. Es una cuestión de justicia, de legalidad y de dignidad profesional. Y lo que piden no es algo extraordinario, simplemente “control”, porque —según denuncian— “ahora mismo no hay ninguno”.

“Nos están robando nuestro agosto”

El malestar entre los taxistas de Vejer no responde únicamente a una cuestión de competencia desleal. Lo que denuncian va más allá de lo económico: hablan de una injusticia estructural que se perpetúa verano tras verano. Mientras ellos prestan servicio durante todo el año, cumpliendo con todas las obligaciones fiscales y legales, los llamados ‘piratas’ —conductores particulares sin licencia— operan con total impunidad, especialmente en El Palmar.

“Estamos todo el año trabajando, pagando nuestras tasas, nuestros impuestos, nuestras cuotas como autónomos, nuestras licencias y un sinfín de pequeños y grandes requerimientos para dar el mejor servicio posible desde todos los puntos de vista: seguridad, limpieza, precio, etc.”, subrayan desde la Asociación de Taxis de Vejer. Y es precisamente en verano, con la llegada masiva de turistas, cuando los taxistas pueden mejorar sus ingresos y equilibrar la balanza de los meses más duros. “De ahí el daño y la impotencia que sufrimos al ver que aparecen esos ‘piratas’ que ni pagan impuestos, ni cuotas, ni cumplen con los mínimos de seguridad en sus vehículos, para robarnos nuestro particular y más que merecido ‘agosto’ con total impunidad y sin que nadie haga nada por poner fin a esta injusticia”.

Con cierta resignación, uno de los profesionales lanza una expresión popular que resume la situación: “Aquí es como el dicho: hay que recoger las uvas cuando llueve. Y para eso estamos todo el año. Todo el mundo sabe que hay meses en invierno que, por muchas horas que eches, no sacas rendimiento económico. Algo que se compensa en verano porque hay más trabajo”.

Defienden que el suyo es un “negocio legal”. “Somos autónomos, y aunque parezca solo un coche, en un taxi se paga por muchas cuestiones cuyo objetivo es ofrecer el mejor de los servicios. Son muchos requisitos, por eso no entendemos que se permita que un particular coja su coche y nos robe, porque lo que está haciendo es robándonos”.

Lo más indignante, insisten, es que “encima cobran mucho más caro”. Relatan un caso reciente: “El otro día un compañero llevó a unas jóvenes desde El Cortijo a Conil. El precio, que está estipulado por la Junta de Andalucía, fue de quince euros, tal y como les marcó el taxímetro. Y claro, las clientas se sorprendieron porque el día anterior se les cobró treinta euros. El taxista les dijo: ‘¿Treinta? Pues te tenían que haber cobrado cincuenta’. ‘¿Por qué?’, preguntaron ellas. ‘Porque os montasteis en un coche pirata’, les contestó el compañero”. Las jóvenes reconocieron que lo hicieron porque había mucha cola y alguien se ofreció a llevarlas. “Así todas las noches”, lamentan los taxistas.

Y dejan claro que esto no tiene nada que ver con plataformas legales como Uber o Cabify. “Esa sería otra guerra, pero aún así son legales. Estos son particulares con sus coches que quieren sacarse un dinero aprovechando la gran cantidad de gente que va a El Palmar y, por qué no decirlo, el poco control y la impunidad que hay. Es una guerra peor”.

Más allá de lo económico, advierten del riesgo real que asumen los usuarios. “Es una ilegalidad y también un riesgo. Los clientes están expuestos. No saben quién les lleva. Si hay un accidente, lo mismo los dejan en una cuneta y adiós, se quitan de en medio para que no les pillen y aquí no ha pasado nada. Les pueden robar, engañar y luego, ¿qué? Que se pongan a buscar quién ha sido. Si te engaña o te pasa cualquier cosa dentro de un taxi, solo tienes que coger el número de licencia y ahí aparece hasta la foto de la comunión del taxista. Pero si te pasa algo con un tipo que no sabes ni quién es, ni si tiene seguro, ni si es legal… pues el riesgo es enorme”.

“La historia es para vivirla”, explican. “Es para venirse una noche y ponerse en la rotonda de entrada a El Palmar, o en la puerta de El Cortijo, y nadie se puede creer la impunidad que existe”.

Consideran que muchos usuarios no son realmente conscientes del peligro ni del daño que suponen estas prácticas para un servicio público como el taxi. “Sencillamente colaboran con una estafa, con un robo, y encima dañan a quienes actúan con honestidad, legalidad y aportando con el pago de sus impuestos y tasas al bienestar de la sociedad. Es un daño que va más allá de lo que pueda parecer a primera vista…”.

“No pedimos más control, pedimos que haya control”

La situación que denuncian los taxistas de Vejer no solo se mantiene en el tiempo, sino que se agrava con cada verano. Y con ella crece también la sensación de abandono, la impotencia y, en consecuencia, la determinación de llevar a cabo medidas drásticas si las administraciones no actúan. La Asociación de Taxis de Vejer, que representa a 16 de los 17 profesionales del municipio, lanza una advertencia clara: si no se toman medidas, habrá movilizaciones, incluso durante la Velada de agosto.

Ejemplos no les faltan. “El otro día pedimos refuerzos a compañeros de Benalup, y cuando salían de El Palmar la Policía Local detuvo a uno de ellos para preguntarle qué estaba haciendo. Nosotros tuvimos que intervenir y aclarar que lo habíamos llamado como refuerzo”, relatan. Lo más surrealista del episodio, según denuncian, es que “en esa misma rotonda donde le pararon estaban cargando los ‘piratas’… y no hicieron nada de nada. ¿Eso cómo se come?”.

Las justificaciones oficiales apuntan a la dificultad para actuar sin pruebas, pero los taxistas no lo comprenden: “Ellos nos dicen que es muy complicado pillarlos con pruebas y tal, pero si lo están viendo, ven que hay coches que no paran de dar vueltas, que se paran, cargan y luego regresan para hacer lo mismo... eso no es normal”.

Por eso, su demanda es tan básica como contundente: “No pedimos más control, pedimos que haya control, porque no hay ninguno ahora mismo. Y que se haga algo. No hablamos de uno o dos casos aislados, son muchos casos ya. Y es algo que viene desde hace muchos veranos atrás, pero se está agravando cada año más. Ya no son tres o cuatro, ya son quince o veinte, con lo que el daño es aún mayor. Cada vez lo notamos más. Lo notamos en los ingresos y cada vez más”.

El problema, dicen, se ha convertido en una práctica común. “Es como si uno coge su coche y se pone a dar vueltas”. En algunos casos, incluso, quienes actúan como ‘piratas’ son personas que están de vacaciones en la zona y que por las noches deciden aprovechar la afluencia turística para sacarse un dinero, “sin importarles que en realidad están robando a unos profesionales que echan horas y más horas para dar el mejor servicio posible, tanto de día como de noche”.

Noches, además, en las que los taxistas no solo compiten por captar clientes, sino que, en muchas ocasiones, deben soportar cómo otros —sin autorización alguna— se llevan una y otra vez los trayectos. “Estamos en las paradas y no hay tanto trabajo, y tenemos que ver pasar a estos coches, muchos de ellos ya identificados por nosotros tras verlos durante todo el verano, que van cargando una y otra vez. De hecho, reparten hasta tarjetas. Es una locura. Y lo sabemos porque si algo tiene el taxi es que el cliente lo cuenta todo”.

La frustración es tan profunda que algunos profesionales se están planteando medidas de protesta inusuales: “Incluso hemos pensado, en señal de protesta, dejar el taxi e ir a trabajar con nuestros vehículos particulares como si fuéramos ‘piratas’. En plan protesta, para decir que los taxis esa noche no van a dar servicios, mientras lo cubrimos con los nuestros personales, para que se vea la injusticia y la impotencia que nos genera esta situación”.

Entre las medidas que barajan también está una huelga en pleno mes de agosto, coincidiendo con uno de los días clave de la Velada. No solo afectaría a El Palmar, sino también a Vejer pueblo. “Todo por una causa justa: que se tomen en serio este problema, este despropósito”.

El mensaje que lanzan es claro: “Esto va más allá de lo que pueda parecer a primera vista. Es el pan de muchas casas. Y nadie debería mirar hacia otro lado”.

 

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