Arrancó su pregón con un verso metafórico, “a lomos de mi caballo cruzo el río del olvido. Y quiere ser cartujano el corcel en donde escribo. Caballito de papel, con mi pluma por bocado. Tomo tus riendas de tinta al galope de tus cascos, que en los renglones del tiempo hasta El puerto me han llevado”. Gómez no quiso olvidar en estos primeros renglones explicar su devoción por San Antonio Abab, que viene gracias a su trayectoria en la Hermandad de Humildad y Paciencia de Jerez, para hilar enseguida con su particular homenaje a la asociación de vecinos de San Antón que, “sin mezclar a Dios con el César, se encomienda al santo patrón en un gesto de valentía cuando hoy en día molestan hasta los crucifijos, y en la corriente de la cultura de la muerte, en aras de una estúpida profecía con la que se intenta marear y hacer perder el norte de la historia, y por ende en nuestras raíces cristianas”.
No quiso olvidarse del importante poder de convocatoria que tiene la entidad vecinal, y de la gran participación con la que cuenta la fiesta, que han engrandecido los propios portuenses y visitantes. Por supuesto, mostró su intención de que no se pierda, y quiso dar a conocer a los menos instruidos en la historia que antaño existía una ermita entorno a la cual giraba la romería, término que también explicó, mostrando lo duros que fueron los primeros años.
Hizo mención a la talla actual de San Antón, obra de Ángel Pantoja, para finalizar esta parte del pregón recordando las palabras de Dios a San Antonio Abad. “Yo te pondré a tus pies por siempre a la jabalina. Ella será de jabugo, la mejor de las porcinas. Cuidate tu San Antonio de querer hacer de ella jamón, chorizo y morcilla. Será tu fiel compañera y le pondrás una esquila para que todos tengan en cuenta…"
A nivel general también tocó la fiesta, contando las distintas celebraciones que se viven en España, y no faltó una oda al vino, que no debe faltar en tran preciada romería, pidiendo permiso a los presentes para alabar los caldos de Osborne, que además coloca en las carreteras a sus centinelas guardianes.
En los últimos versos de su pregón dijo “la nieve se derritió, Baltasar nos dijo adiós y los fríos de enero nos confirman y de qué manera que la fiesta de San Antón está a la vuelta de los callejones”. Y para acabar, “despierta ya de tus sueños, ve enganchando ya Manolo las mulas a su carreta, que los pinares del puerto respiran ya de impaciencia…”.
Un precioso y completo pregón, al que se sumó el cartel, obra de Ricardo Hernández Luna, que se prestó a la entidad vecinal para mostrar su imagen de la fiesta. Igualmente aplaudido fue, y se nota que tanto un autor como el otro han puesto su cariño a sus dedicaciones, cada uno en su terreno.
