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19/05/2024
 

Un libro reivindica el protagonismo del vocablo "polla" en el acervo cultural jienense

El periodista jiennense Andrés Cárdenas es el autor del libro 'Dejaos de pollas, vayamos a pollas (Tratado de la palabra más común en el léxico callejero en las provincias que componen el antiguo Reino de Granada)' que este miércoles trae a Jaén para reivindicar el protagonismo del vocablo en cuestión en el acervo cultural jiennense.

   Así lo ha indicado a Europa Press el autor antes de desgranar su contenido en un acto que se ha desarrollado en la Biblioteca Provincial y en el que ha dejado claro que su objetivo con esta obra es doble: el divertimento entre los lectores y la defensa de una palabra como "muy nuestra", cuyo empleo en Jaén y Granada poco tiene que ver con una palabrota o algo.

   De hecho, aparece "en casi todas las conversaciones" de sus habitantes, de modo que se pronuncia "sin darnos cuenta", algo que también ocurre en el oyente. "Puede escuchar 'polla' diez veces en una charla sin echarle cuenta", ha comentado Cárdenas, quien ha reivindicado su utilización alejada del sentido quizás más extendido en la actualidad como órgano genital masculino.

   En esta línea, ha recordado que en sus orígenes, en los siglos XVI o XVI, aludía desde cría de ave a chavala joven pasando por molla de pan, un significado, éste último, con especial presencia en Jaén. Así, detalla que una polla era la masa de pan fermentada que manipulaban y amasaban los panaderos antes de ponerla en el horno y que precisamente de esa acepción procede la coletilla jaenera de 'ni pollas', así como apodos 'Polla Gorda el Hornero' en referencia a sus a sus voluminosas piezas de masa.

   "Jaén tiene un importante protagonismo en el libro, que cuenta con varios capítulos al respecto, de ahí que me decidiera a venir a mi tierra para presentarlo", ha explicado el autor de una obra, publicada en mayo de 2011, que está teniendo una acogida muy positiva como pone de manifiesto que su cuarta edición ya esté en marcha.

   No obstante, el escritor reconoce que ese éxito palpable al menos en el ámbito provincial le deja un "sabor agridulce" por cuanto lo ha logrado un libro en el cuya redacción apenas invirtió un mes, frente a otros de investigación o novela a los que dedicó varios años de intenso trabajo.

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