Los expertos se contradicen al hablar del autodominio del presunto asesino

Publicado: 16/02/2009
La repercusión que el caso de Marta ha tenido en la sociedad y, sobre todo, la actuación del principal imputado, su ex novio Miguel C. D, ha provocado el análisis de los expertos en psicología, que también ha permitido vislumbrar contradicciones al hablar de la personalidad del presunto asesino.
La repercusión que el caso de Marta del Castillo ha tenido en la sociedad y, sobre todo, la actuación del principal imputado en los hechos, su ex novio Miguel C. D, ha provocado el análisis de los expertos en psicología, que también ha permitido vislumbrar contradicciones al hablar de la personalidad del presunto asesino. 


Así, el psicólogo de la Fiscalía de Menores de Madrid Javier Urra Portillo atribuyó ayer el crimen de Marta del Castillo a la “incontinencia conductual grave” de Miguel C. D, de 20 años, “que parece tener unos impulsos muy complicados”. 


Urra señaló que, en base a los casos observados tras treinta años de experiencia como psicólogo forense, Miguel parece carecer de autodominio y contar con “un ‘yo’ hipertrofiado e inatacable, con una reacción muy violenta, inmediata e impulsiva cuando se siente agredido”. 


“Por lo que se sabe, Miguel ha tenido una vida muy difícil, con una familia desestructurada, corroborada por algunos hechos violentos del pasado”, indicó el psicólogo, que subrayó como un posible motivo de la reacción que derivó en la muerte de Marta por un golpe en la cabeza a que “podría haberse sentido dañado u ofendido y no lo soportó, porque esta clase de personas no admite una crítica”. 


Urra especificó que este tipo de personas “pasan al acto con mucha facilidad”, pues “los adultos pueden discutir o discrepar pero dejan las cosas para cuando no se está en caliente, y sin embargo, de confirmarse lo sucedido, este chico habría actuado de una forma impulsiva y muy violenta, de la cual puede arrepentirse dos minutos después”. 


Fortaleza y liderazgo 


Frente a este análisis, la catedrática de Psicología Social de la Universidad de Sevilla Felicidad Loscertales destacó ayer el carácter “líder” de Miguel, así como la “fortaleza” demostrada desde el día de los hechos hasta el pasado viernes, cuando se autoinculpó. 


Loscertales consideró que Miguel C. D. “deber ser una persona con cierto liderazgo sobre sus amigos”, ya que consiguió que “varios de ellos” le prestaran presuntamente ayuda para ocultar el crimen (hasta el momento han sido detenidos su hermano y dos de sus amigos). 


En este sentido, y tras asegurar “no contar con los suficientes detalles” como para establecer el perfil psicológico del principal inculpado, Loscertales consideró que todo apunta a que Miguel C. D. “no cuenta con unos criterios morales muy estrictos”. 


“Se trata de una persona sin mucho control sobre sus propios impulsos”, según subrayó la catedrática de Psicología Social, quien, no obstante, contrapuso esto último con la “fortaleza” y el “dominio” demostrados hasta que, finalmente, confesó la autoría de los hechos. 


De igual modo, Loscertales puso de manifiesto la “falta de respeto” a la vida humana y la “incapacidad” de distanciamiento crítico demostradas por Miguel C. D, quien “ha destrozado su vida, la de Marta del Castillo y la de todos los demás implicados” en este trágico suceso. 


Por último, la experta opinó que, para el esclarecimiento de los hechos por parte de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, “habrán tenido una importancia capital las conductas no verbales” mantenidas por el presunto asesino de la joven sevillana, “el saber discernir qué está diciendo y qué oculta, cómo mira y cómo mueve las manos”.

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