Empezando por Coco Chanel, quien nacida de una humilde familia y quedando huérfana en la guerra, decide abandonar el orfanato en el que fue criada con ansias de una vida mejor. Comenzó a trabajar en una mercería y poco a poco su instinto como modista fue creciendo llegando a ser una gran empresaria y consiguiendo crear diseños que conseguían conectar con la mujer de los años 20 en plena guerra.


Los diseños de Chanel eran llamativos y muy reivindicativos. Acortó el largo de las faldas, posicionó el pantalón como moda femenina y consiguió crear en las mujeres una tendencia a cortarse el pelo como los chicos. Madeimoselle Coco Chanel fue sin duda una mujer de armas tomar.


En el caso e la cosmética, fue Carmen Vidal Ballester quién ha conseguido establecer una de las mayores firmas de belleza a nivel mundial. Fue en el año 1964 cuando ésta emprendedora y luchadora mujer, dio vida a la marca Germaine de Capuccini; el cisne de la belleza. Carmen, había aprendido durante sus años de infancia en Argel, muchos de los mayores secretos de belleza que hoy comparte con nosotros. Más tarde, en París, se dedicó a aprender sobre las técnicas de cosméticos para dar paso a una de las mayores empresas del mundo de la belleza.


En 2007, Germaine de Capuccini decidió tras haber tenido éxito en más de 60 países diferentes, reciclar su imagen y modernizarse, haciendo uso para su campaña de la modelo Linda evangelista para sus productos femeninos y de uno de los modelos masculinos más reconocidos del momento, Andrés Velencoso.


Hoy por hoy, es una de las empresas con mejor imagen ya que además de haber sido reconocida como empresa familiarmente responsable, es además pionera en la producción de cosméticos que respetan el medio ambiente.


Como vemos, las francesas tienen un espíritu de mujeres empresarias, modernas y que crean tendencia. ¿Cómo lo harán?