El Día de Andalucía suele contar siempre con un apartado reivindicativo y con protestas más o menos sonoras en las que han tenido que intervenir las unidades antidisturbios. Sin embargo, las protestas que rodearon ayer tanto al Parlamento como al Teatro de la Maestranza trascurrieron sin incidentes y con un destacable respeto por parte de los manifestantes. 


Desde hace una semana están acampados en una mediana que hay en un lateral del Parlamento los ex mineros de Boliden, que exigen a la Junta que cumpla con el compromiso de colocación que firmaron tras el cierre de la mina de Aznalcóllar. 


Ayer, aunque los preparativos habían comenzado la noche anterior, llenaron las vallas de pancartas y se apostaron en ellas para gritar y corear sus críticas, principalmente contra Chaves, Viera y Vallejo. 


Como el primer acto de la mañana era la izada de la bandera andaluza y el canto del Himno, sus gritos contrastaban con el rumoreo alegre de parlamentarios e invitados. Sin embargo, los ex mineros guardaron un respetuoso -algunos de hecho cantaron- silencio mientras se escuchaba el Himno de Andalucía. 


Terminados los acordes, volvieron a las consignas que mantuvieron durante el pleno extraordinario, mientras recibieron con gritos a los diputados e invitados cuando salían con sus coches del Parlamento, eso sí, respetando un perfecto cordón psicológico y físico marcado por los numerosos efectivos antidisturbios desplazados hasta allí. 


Mientras, frente al Teatro de la Maestranza se concentraba la Coordinadora de Asociaciones de Memoria Histórica de Andalucía para pedir a la Junta que cumpla la Ley y se implique en la búsqueda y localización de sus familiares en las fosas comunes. Ataviados con banderas republicanas, mantuvieron su protesta hasta que comenzó el acto, disipándose como esa memoria histórica que piden para sus muertos.