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El sexo de los libros

Pseudopoema de Carlos Manuel López Ramos para José Manuel Caballero Bonald

Soy persona en extremo pudorosa; soy también un maldito y empedernido escéptico respecto a todo lo existente; pero, en particular, respecto a las artes...

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El texto que aquí presento tal vez ni siquiera sea un pseudopoema, tal como se define en el título de este escrito; más bien se trataría de un micromanifiesto en el que se combinan ciertas imágenes presuntamente poéticas con una finalidad eminentemente política.

Esta es la primera composición de carácter creativo que publico en mi vida. Soy persona en extremo pudorosa; soy también un maldito y empedernido escéptico respecto a todo lo existente; pero, en particular, respecto a las artes, en especial cuando éstas recurren a toda su parafernalia mitológica,  melodramática y falsamente heroica.

“Nominalismo de predicados” apareció impreso en una de las banderolas expuestas en la calle principal de la ciudad de Jerez de la Frontera (Calle Larga o Main Street), con motivo de la celebración, durante los días 16, 17 y 18 de octubre de 2013, del XV Congreso de la Fundación Caballero Bonald, el cual se centró en la obra de los autores galardonados con el Premio Cervantes.

En dichas banderolas figuraban retratos de escritores que habían alcanzado la mencionada distinción y que fueron realizados por profesores y alumnos de la Escuela de Arte de Jerez, a cuyo claustro pertenezco. Dada mis nulas aptitudes para las disciplinas plásticas, quise participar en el evento a través de mi nada excepcional afición a la escritura. Y así fue.

El texto titulado “Nominalismo de predicados” es una declaración expresamente panfletaria y agresiva.

Agresividad dirigida contra lo que ya se sabe. Además, la violencia no es imaginaria ni simbólica; es un reflejo de la creciente violencia real que los diferentes poderes ejercen, a diario, contra la inmensa mayoría de los ciudadanos de este mundo. 

Para mí, tenía sentido dedicar este alegato a un gran poeta y novelista como Caballero Bonald, quien, aparte de sus extraordinarias dotes para el uso literario de la lengua castellana, siempre ha sido un consumado y deliberado infractor frente a las abundantes  miserias del orden establecido.

Siempre insobornable, siempre incómodo para los mandarinatos de las culturas oficiales, siempre celoso de su independencia, así como  enemigo confeso de toda suerte de enredos, intrigas, sobornos y otros aquelarres propios de lo que se ha venido en llamar “la sociedad literaria”.

Creo que con esto es suficiente y no hacen falta más explicaciones. He aquí el artefacto:

 

 

"Nominalismo de predicados"

 

‹‹La recta interpretación política / de un atraco a mano armada / ha de sustentarse sobre algo más / que una simple lección de anatomía. / Es la vía de la doxa.

Fuego para los indecisos, / hierro para las debutantes, / fusiles para las embajadas, / cuerdas para las columnas del templo, / pólvora para decir la hora, / horca para los indigentes, / uranio para las bocas televisivas, / plomo para que nadie se mueva.››

 

En la segunda parte de esta fatídica oración dirigida a un dios  inexistente, hay un guiño a Louis Aragon, al Aragon incendiario y furioso que compuso el poema “Front Rouge” (“Frente Rojo”), en el que encontramos los siguientes versos:

 

(…) ‹‹Feu sur Léon Blum / Feu sur Boncour Frossard Déat / Feu sur les ours savants de la social-démocratie / Feu feu j’entends passer / la mort qui se jette sur Gachery Feu vous dis-je / sous la conduite du parti communiste›› (…)


[Fuego contra Léon Blum / Fuego contra Boncour Frossard Déat / Fuego contra los osos amaestrados de la socialdemocracia / Fuego fuego oigo cómo pasa la muerte / que se abalanza sobre Garchery Fuego os digo / bajo la dirección del partido comunista]

 

“Front rouge” fue publicado, en noviembre de 1931, en la revista Littérature de la Révolution Mondiale, editada en Moscú. En Francia, este poema dio lugar, en 1932, a un proceso judicial contra Louis Aragon, que fue acusado de “excitation des miliaires à la désobéiansse et de provocation au meurtre dans le but de propagande anarchiste” [“llamamiento a la desobediencia militar e incitación al asesinato como propaganda anarquista”]. Aragon se exponía a una pena de 5 años de prisión. Se organizó un escándalo. Numerosos escritores, intelectuales y artistas protestaron contra la injusta y desquiciada querella; entre otros, Thomas Mann, Le Corbusier, Braque, Matisse, Léger, Bertolt Brecht, Picasso o García Lorca. La defensa cívica de Aragon fue preparada y  conducida por André Breton, quien publicó su famoso libelo Misère de la poésie, que Aragon rechazó por las críticas que contenía contra la política literaria del PCF, lo que significó la ruptura de Aragon con los surrealistas. Éstos, por su parte, reaccionaron divulgando, en marzo de 1932, dos opúsculos contra Aragon: Certificat (firmado por Paul Éluard) y Paillasse (firma colectiva).  Al final, el caso fue sobreseído y Aragon se libró de la cárcel. Etcétera.       


   

 

 

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