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La presidencia del Consejo Local de Hermandades y Cofradías

Ante la convocatoria de las elecciones del Consejo de Hermandades, este artículo analiza el proceso y los anteriores.

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De nuevo y antes de producirse la convocatoria de renovación de la presidencia del Consejo de Hermandades y Cofradías de San Fernando, aparecen los mismos rumores y los mismos acercamientos  -que desde luego es de agradecer- señalándome como futuro candidato a ese cargo igual que ocurrió en el año  2003.
 
    Ante esta situación, he de salir al paso de las citadas insinuaciones, aclarando a los cofrades y a la opinión pública en general, de lo siguiente: ya en aquel citado año pudo ocurrir un hecho circunstancial y trascendente de haberse cumplido las condiciones. Es decir, se hubiese completado una bonita combinación de efecto rebote con este resultado: en 1995 sustituía como hermano mayor de la hermandad de los Afligidos a mi hermano, Manuel Muñoz Jordán y tras el fin de mi mandato en 1999, proponía y así fue elegido para mi sustitución, a su hijo Manuel José Muñoz Rivero, que después de cumplir aquel mandato ahora vuelve a ser su actual hermano mayor tras los periodos ocupados por Benito Rodríguez-Pastoriza Molina.
 
    Cito esto porque en ese mismo año de 1999, Manuel Muñoz Jordán sustituía a Ignacio Bustamante Morejón (+) en la presidencia del Consejo. Y al finalizar su mandato en 2003 y a petición de un determinado sector cofrade, unos cuantos miembros del Consejo, sacerdotes, algunos hermanos mayores y otros cofrades y amigos, insistían y solicitaban mi presentación a dicho cargo. Sin embargo, Manuel Muñoz Jordán, no obstante haber anunciado el fin de su mandato, decidió continuar, hecho que de no haberse producido, es posible que se hubiese consumado ese efecto rebote citado. 
 
   Por eso, las condiciones no se dieron. Y renuncié a concurrir a la candidatura. Mi único propósito era que no quedara desierta la convocatoria como así venía ocurriendo. Evitando también que se produjeran dos candidaturas y competir con un amigo y hermano de toda la vida. Además de comprobar cómo las promesas que me hicieron algunos de aquellos hermanos mayores se diluyeron, al conocer la pretensión de su continuidad en el cargo ¡Cosas de la vida!
 
   En consecuencia: Manuel Muñoz Jordán, no sólo cumplió sus etapas preceptivas, sino que solicitó una prórroga hasta la magna del 2010. Y creo que durante su gestión, estuvo siempre a la altura de las circunstancias; completando un largo y fructífero periodo en total de 17 largos años; dirigiendo en distintas épocas la nave del Consejo.
 
     Ahora como entonces y sin entrar en detalles, creo disponer de los perfiles necesarios, además de un -buen equipo- igual del que dispuse en aquella ocasión, que todavía estarían dispuestos a acompañarme. Y debo aclarar también, que sin conocer en el momento de escribir este artículo, si el actual presidente presentaría su continuidad, he decidido definitivamente -no participar- aun sabiendo que las circunstancias ahora son distintas, pero no muy diferentes de aquellas.
 
   Con ello, no pretendo ser presuntuoso ni impartir lecciones a nadie, o juzgar a los que queden, a los  salientes y a los que vengan. Pero si les diré con el corazón en la mano, que en la próxima legislatura, el presidente -y su equipo- dispongan de soluciones acertadas; porque son muchas las deficiencias existentes a resolver en este apasionado y apasionante mundo cofrade, al que amo desde niño.
 
    Mundo que en mi opinión necesitaría de una profunda y sustancial renovación; recuperando valores y objetivos perdidos; acabando con los inmovilismos para adaptarlos a los nuevos tiempos. Y para esta misión, tenemos muy buenos cofrades, que hay que localizarlos porque tal vez, prefieren permanecer en el anonimato; eludiendo compromisos y responsabilidades. El arzobispo de Sevilla  dice que una  Catedral sin Dios, es un mero edificio museístico. ¡Cuidado hermanos cofrades!
 
   Si el Consejo no actúa ni toma otros procedimientos, quizás no tenga otra razón de ser, más allá, que la de convertirse en un simple tramitador de documentos, expedientes, decretos y poco más.
   Por último, permitidme decirle a quien corresponda, que contemple la posibilidad de modificar la normativa vigente de las convocatorias electorales, anunciándolas con el tiempo suficiente  -no de un día para otro- concediéndole también un plazo superior a la presentación de candidaturas; propiciando así, que se divulgue más y anime a  prepararse mejor y sin sorpresas a los futuros candidatos.

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