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Al consultar la famosa enciclopedia digital Wikipedia y buscar la palabra ciclismo, aparece la siguiente definición: "El ciclismo es un deporte en el que se utiliza una bicicleta para recorrer circuitos al aire libre, en pista cubierta, o que engloba diferentes especialidades como las que se mencionan abajo". Y dichas especialidades son: el ciclismo en pista, en ruta, de montaña, el cicloturismo y el ciclismo urbano, entre otras. Sin embargo, hay una especialidad que aún no está catalogada como tal y que está muy de moda: "El ciclismo por las aceras de Jaén" o “cicloxauen”. Caminar por las aceras de Jaén sin que te atropelle una bicicleta es un éxito. Basta pasear, si se puede, por ejemplo, por el Gran Eje, para ver a habilidosos ciclistas por las aceras sorteando peatones, casi siempre haciendo gamberradas, cruzando por los pasos de peatones, saltándose los semáforos y haciendo todo tipo de barbaridades. A veces, ves a alguno por el estúpido carril bici que se hizo, sin ningún acierto. Y luego, a eso de las 8 de la tarde, comienzas a ver corredores haciendo running, como lo llaman ahora, pero no por las aceras, sino por la calzada, que es precisamente por donde deberían ir las bicicletas. Los corredores por la calzada y las bicicletas por las aceras. Ya mismo vamos a ver en Jaén a los pájaros contra las escopetas. Las bicicletas son un vehículo, especialmente las eléctricas (las solares ocupan más espacio que un autobús de Castillo) y, como tal, adquieren velocidad y energía cinética, que se puede transformar en energía vibracional o calorífica cuando atropellan a una persona, pudiéndole causar importantes lesiones. Por ello, se debería sancionar a estos ciclistas de la misma forma que se sanciona al resto de conductores de vehículos cuando cometen infracciones, aunque luego no se cobren en su mayoría. Se les debería obligar a llevar una matrícula que identificara al propietario y/o conductor y un seguro de responsabilidad civil para cubrir los daños materiales y personales por los accidentes que ocasionen. Sr. Alcalde, la caquita de los perritos, las bicicletas por las aceras, los peatones corriendo por las calzadas, el ruido de los tubos de escape de los motos y las terrazas de los bares comiéndose literalmente las aceras rompen la armonía de la ciudad, armonía que ha de preservarse siempre. En primer lugar, haciendo un llamamiento a la educación de todos los jiennenses y, en segundo lugar, requiriendo a la Policía Local para que hagan cumplir las leyes y las ordenanzas, para beneficio de todos.

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