“Hay que reforzar la fiscalidad que grava las actividades contaminantes y reducir la que pesa sobre el trabajo”, dijo Sarkozy en un discurso dedicado a tranquilizar a los franceses que las encuestas dicen opuestos a esa tasa de carbono que empezará a aplicarse en 2010.
Para conseguirlo insistió en que “la tasa de carbono no aumentará los impuestos”, ya que se compensará con una disminución del impuesto sobre la renta o con la entrega de un cheque verde para los que están exentos de ese tributo de unos 86 euros por contribuyente.
Esa cifra será variable en función de las condiciones de cada familia.