El talonario gana a la austeridad
Cifuentes estuvo en el banquillo y los dos primeros goles llegaron por la banda de Raúl López
Los hombres de Javi Gracia pierden su solidez defensiva ante el Cartagena
De un plumazo, el Cartagena borró la seguridad defensiva que había mostrado el Cádiz en las primeras seis jornadas ligueras. Los de Javi Gracia encajaron tres goles que pudieron ser algunos más por parte de un equipo que llegaba con sólo seis tantos a favor y subió su estadística un cincuenta por ciento a costa de los cadistas.
El Ramón de Carranza calibraba el poder defensivo de los dos equipos menos goleados de la Liga Adelante. El Cádiz y el Cartagena llegaban al duelo con tan sólo cinco tantos recibidos entre ambos y un escaso bagaje goleador, por lo que lo previsible era un partido con muy pocos o incluso ningún gol. Pero la realidad sería otra bien distinta.
Pese a haber sido el autor del gol de la victoria en Albacete, Nano quedaba fuera del equipo titular y dejaba su lugar a López Silva, que a los dos minutos de juego intentaba una vaselina sobre Rubén que a punto estuvo de sorprender al guardameta local. Era el primer aviso de un Cádiz ambicioso espoleado por los gritos de ánimo de las gradas.
El segundo golpe también sería amarillo, pero insuficiente para noquear al portero blanquinegro, vestido ayer curiosamente de amarillo y azul. Carlos Caballero se plantaba ante él obstaculizado por Cygan y la rápida salida de Rubén desviaba el balón con seguridad.
Conforme avanzaban los minutos, la intensidad del juego iba disminuyendo, aunque, con cuentagotas, las ocasiones de gol seguían cayendo siempre del lado local. Un cabezazo de Álvaro Silva a la salida de un corner y un remate con la testa de Ogbeche al alcanzar un centro de Raúl López ponían el uy en el graderío. El central se había incorporado a posiciones de ataque para aprovechar su buen juego aéreo y a punto estuvo de anotar su primer gol oficial como jugador del Cádiz, pero el balón se perdía a la izquierda de Rubén.
Bartolo enloquece a la afición. El nigeriano corre como el que más, pero sabe muy bien lo hace con el balón en los pies. Resulta misión imposible robarle el esférico cuando lo lleva controlado y su potencia ha dado un aire nuevo al ataque amarillo desde que se hiciera con el puesto. Una cabalgada suya por la banda izquierda estuvo a punto de abrir el marcador y contagió el ánimo atacante a sus compañeros.
un premio demasiado grande
Sin embargo, el gol caería del bando visitante. Tras una subida al ataque de Raúl López que el público jaleó con gritos de ánimo al lateral izquierdo amarillo. De Lucas se colaba por su banda y cedía el balón a Toché, que encaraba a Casilla para batirle por bajo haciendo gala de su contrastada calidad. Demasiado premio para el peor equipo hasta el momento, que hasta entonces no había dispuesto de ningún acercamiento claro a la portería de su rival.
Con el marcador favorable, el Cartagena comenzaba a controlar mejor el juego y a tener más presencia en ataque aprovechando los minutos de nervios por los que pasaban los futbolistas amarillos de Javi Gracia. Los locales suspiraban por que Pérez Riverol decretara el descanso, pero, ya en el tiempo de descuento, los cartageneros marcarían de nuevo. De Lucas le hacía un nudo a Raúl López y se plantaba ante Kiko Casilla, poniendo el 0-2 antes de irse a los vestuarios y echando abajo las ilusiones del Cádiz.
UN CAMBIO EN EL DESCANSO
El argentino Mariano Toedtli entraba en la segunda mitad supliendo a Abraham. De esta forma, Carlos Caballero retrasaba su posición para formar pareja con Jon Erice. Pero no pudo comenzar de peor forma el segundo tiempo. Un ataque visitante era cortado in extremis por Álvaro Silva, pero la jugada finalizaba en un saque de esquina que tendría pésimas consecuencias para los cadistas. Un jugador blanquinegro peinaba el balón en el primer palo y Víctor remataba en boca de gol para hacer el tercero. Un bajito reinaba en tierra de gigantes. El Cádiz era una sombra de sí mismo y se veía venir una goleada. Toché estaría a punto de hacer el cuarto en un mano a mano con Kiko Casilla, pero la rápida actuación de los centrales obstaculizaría lo suficiente al ariete.
Sin embargo, las ocasiones seguían cayendo del lado visitante y la línea atacante cartagenera se había convertido en la peor pesadilla de los locales. Javi Gracia daba entrada a Fran Cortés para sustituir a un cansado Enrique. Extraño cambio para un equipo que, más que control de balón, necesitaba llegar arriba con rapidez. Pasada la hora de juego, Diego Tristán tomaba el lugar de Ogbeche, muy trabajador durante todo el partido.
Conforme avanzaban los minutos, el Cádiz seguía desinflándose y el árbitro Pérez Riverol cebándose con los locales a la hora de mostrar tarjetas amarillas. El público estaba ya abandonando el estadio cuando Toedtli sacaba a relucir su clase y con un recorte fugaz dejaba sentado a Txiqui para fusilar a Rubén y acortar distancias.
La dificultad para sacar algo positivo ya era máxima, pero a punto estaría de nuevo Toedtli de marcar. Pablo Ruiz le robaba el balón de la misma cabeza al delantero argentino cuando se disponía a poner un esperanzador 2-3. Faltaban cinco minutos de partido para perforar dos veces una portería que había recibido esos mismos goles en seis partidos, complicada empresa.
BALDÍO ARREÓN FINAL
La grada se dividía entre aplausos y pitos dedicados a un equipo que, desconocido por completo, no se mostraba como el bloque habitual. Tocaba ya pensar en la visita de la próxima semana al Rayo Vallecano, aunque los amarillos continuaran atacando con orgullo. Pero el arreón final fue tan solo un espejismo. El destino del encuentro ya estaba marcado y los tres puntos volarían del estadio Ramón de Carranza poniendo un merecido rumbo a Cartagena, que está en Murcia, digan lo que digan las pancartas.
El Ramón de Carranza calibraba el poder defensivo de los dos equipos menos goleados de la Liga Adelante. El Cádiz y el Cartagena llegaban al duelo con tan sólo cinco tantos recibidos entre ambos y un escaso bagaje goleador, por lo que lo previsible era un partido con muy pocos o incluso ningún gol. Pero la realidad sería otra bien distinta.
Pese a haber sido el autor del gol de la victoria en Albacete, Nano quedaba fuera del equipo titular y dejaba su lugar a López Silva, que a los dos minutos de juego intentaba una vaselina sobre Rubén que a punto estuvo de sorprender al guardameta local. Era el primer aviso de un Cádiz ambicioso espoleado por los gritos de ánimo de las gradas.
El segundo golpe también sería amarillo, pero insuficiente para noquear al portero blanquinegro, vestido ayer curiosamente de amarillo y azul. Carlos Caballero se plantaba ante él obstaculizado por Cygan y la rápida salida de Rubén desviaba el balón con seguridad.
Conforme avanzaban los minutos, la intensidad del juego iba disminuyendo, aunque, con cuentagotas, las ocasiones de gol seguían cayendo siempre del lado local. Un cabezazo de Álvaro Silva a la salida de un corner y un remate con la testa de Ogbeche al alcanzar un centro de Raúl López ponían el uy en el graderío. El central se había incorporado a posiciones de ataque para aprovechar su buen juego aéreo y a punto estuvo de anotar su primer gol oficial como jugador del Cádiz, pero el balón se perdía a la izquierda de Rubén.
Bartolo enloquece a la afición. El nigeriano corre como el que más, pero sabe muy bien lo hace con el balón en los pies. Resulta misión imposible robarle el esférico cuando lo lleva controlado y su potencia ha dado un aire nuevo al ataque amarillo desde que se hiciera con el puesto. Una cabalgada suya por la banda izquierda estuvo a punto de abrir el marcador y contagió el ánimo atacante a sus compañeros.
un premio demasiado grande
Sin embargo, el gol caería del bando visitante. Tras una subida al ataque de Raúl López que el público jaleó con gritos de ánimo al lateral izquierdo amarillo. De Lucas se colaba por su banda y cedía el balón a Toché, que encaraba a Casilla para batirle por bajo haciendo gala de su contrastada calidad. Demasiado premio para el peor equipo hasta el momento, que hasta entonces no había dispuesto de ningún acercamiento claro a la portería de su rival.
Con el marcador favorable, el Cartagena comenzaba a controlar mejor el juego y a tener más presencia en ataque aprovechando los minutos de nervios por los que pasaban los futbolistas amarillos de Javi Gracia. Los locales suspiraban por que Pérez Riverol decretara el descanso, pero, ya en el tiempo de descuento, los cartageneros marcarían de nuevo. De Lucas le hacía un nudo a Raúl López y se plantaba ante Kiko Casilla, poniendo el 0-2 antes de irse a los vestuarios y echando abajo las ilusiones del Cádiz.
UN CAMBIO EN EL DESCANSO
El argentino Mariano Toedtli entraba en la segunda mitad supliendo a Abraham. De esta forma, Carlos Caballero retrasaba su posición para formar pareja con Jon Erice. Pero no pudo comenzar de peor forma el segundo tiempo. Un ataque visitante era cortado in extremis por Álvaro Silva, pero la jugada finalizaba en un saque de esquina que tendría pésimas consecuencias para los cadistas. Un jugador blanquinegro peinaba el balón en el primer palo y Víctor remataba en boca de gol para hacer el tercero. Un bajito reinaba en tierra de gigantes. El Cádiz era una sombra de sí mismo y se veía venir una goleada. Toché estaría a punto de hacer el cuarto en un mano a mano con Kiko Casilla, pero la rápida actuación de los centrales obstaculizaría lo suficiente al ariete.
Sin embargo, las ocasiones seguían cayendo del lado visitante y la línea atacante cartagenera se había convertido en la peor pesadilla de los locales. Javi Gracia daba entrada a Fran Cortés para sustituir a un cansado Enrique. Extraño cambio para un equipo que, más que control de balón, necesitaba llegar arriba con rapidez. Pasada la hora de juego, Diego Tristán tomaba el lugar de Ogbeche, muy trabajador durante todo el partido.
Conforme avanzaban los minutos, el Cádiz seguía desinflándose y el árbitro Pérez Riverol cebándose con los locales a la hora de mostrar tarjetas amarillas. El público estaba ya abandonando el estadio cuando Toedtli sacaba a relucir su clase y con un recorte fugaz dejaba sentado a Txiqui para fusilar a Rubén y acortar distancias.
La dificultad para sacar algo positivo ya era máxima, pero a punto estaría de nuevo Toedtli de marcar. Pablo Ruiz le robaba el balón de la misma cabeza al delantero argentino cuando se disponía a poner un esperanzador 2-3. Faltaban cinco minutos de partido para perforar dos veces una portería que había recibido esos mismos goles en seis partidos, complicada empresa.
BALDÍO ARREÓN FINAL
La grada se dividía entre aplausos y pitos dedicados a un equipo que, desconocido por completo, no se mostraba como el bloque habitual. Tocaba ya pensar en la visita de la próxima semana al Rayo Vallecano, aunque los amarillos continuaran atacando con orgullo. Pero el arreón final fue tan solo un espejismo. El destino del encuentro ya estaba marcado y los tres puntos volarían del estadio Ramón de Carranza poniendo un merecido rumbo a Cartagena, que está en Murcia, digan lo que digan las pancartas.
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