No es tema menor la serie de acontecimientos escalonados en muy pocos días. El patio empieza a moverse. Al tiempo que han llegado las noches obligatoriamente sin ruidos y sin gente -como en los países de nuestro entorno europeo- se le ha dado cuerda a los mecanismos de recomposición del país, que hace enorme falta.
Terminada la moción de censura, ha sido el papa Francisco el primero que ha dado señales -suaves en la forma pero insólitas en su contenido- a todos los actores políticos de nuestro país. Llamó al entendimiento a izquierda, derecha e independentistas por la nación, por la patria: “Es muy triste cuando las ideologías se apoderan de la interpretación de una nación, de un país y desfiguran la patria”, dijo el papa. Francisco quiso que su llamada fuera oída en su propia voz argentina por todos los españoles. No fue una reflexión secreta, sino solemne y pública, pronunciada debajo del cuadro del resucitado de Pietro Perugino, un clásico renacentista, maestro de Rafael.
Segundo, ha venido la convocatoria extraordinaria de la Conferencia de Presidentes, tras el Estado de Alarma, una institución que no se reunía casi nunca y que Pedro Sánchez ha conseguido introducir en el centro de la política española, dada las enormes competencias distribuidas en nuestro Estado de las Autonomías. El que quisiera derogar Vox, que provocaría un cataclismo de consecuencias incalculables. Este encuentro marca un hito porque participa la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula van der Leyen, y trató sobre los nuevos fondos europeos, los únicos que podrán levantar de nuevo al país, la nación y la patria, en lenguaje del innovador Sumo Pontífice. El papa recordó a Siegmund Ginzberg. en su obra Síndrome 1933, pero podía haber citado a Stefan Zweig y su El mundo de ayer. Ambos alertan de la subida de los totalitarismos populistas en tiempos de crisis y descomposición. Un buen empleo de los fondos podrá evitar la escalada de la demagogia y del malestar ciudadano, que se avecina.
En tercer lugar, el Consejo de Ministros arranca el proceso presupuestario de 2021. Las magnitudes del presupuesto - impresionantes - no son lo más importante. Lo decisivo y relevante es que haya presupuestos. Significará que hay un marco de estabilidad para dar la confianza exigida fuera y dentro de nuestras fronteras por los inversores.