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Arcos

“La coherencia” detiene la plasmación pública del Martes Santo

El temor a las lluvias se impone a las ganas de reaparecer en las calles de Arcos

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La cera de los cirios se quedó sin derretir.

Inquietud en el templo junto a los pasos.

Los costaleros posando para nuestro periódico.

Momento en que el hermano mayor anunciaba la suspensión.

Los 'armaos' también posaron para el recuerdo.

Parte de la familia Benítez Macías que no pudo hacer la 'Levantá'.

Los pasos de la Virgen y el Señor, en su capilla.

La imagen de San Antonio.

El Señor, en primer plano.

El alcalde Miguel Rodríguez y el sacerdote Julián Benítez.

La Paz, en primer plano.

Visita de las autoridades para una ofrenda floral.

La inestabilidad meteorológica propia de la primavera pudo más que las ansias de la hermandad del Martes Santo arcense por salir a las calles para mostrar su inconmensurable trabajo. La de San Antonio, el Señor Atado a la Columna y María Santísima de la Paz decidió quedarse en el templo de San Francisco ante las previsiones una lluvia que finalmente no se cumplieron. Las palabras del hermano mayor de la cofradía, Paco Moreno, no pudieron ser más meditadas después de los corrillos continuos de la junta de Gobierno en la trasera del altar, donde no pararon de consultar partes meteorológicos hasta última hora. En el momento de la salida se darían una hora de espera, pero no, ni por esas, porque transcurrido ese tiempo el hermano mayor reapareció ante una planta de la iglesia llena de hermanos y hermanas para anunciarles que, “por coherencia” , la hermandad suspendía definitivamente su recorrido. En total, 175 nazarenos, 107 costaleros y 19 ‘armaos’ junto a los acólitos; una suma de casi 390 personas ávidas de cruzar el umbral de la parroquia.

Con este desolador panorama, la cofradía se encomendó a través de su hermano mayor y de la miembro de la junta de Gobierno Elvira Iglesias al cariño que todos los hermanos y hermanas pueden mostrar a sus sagrados titulares durante todo el año, porque, desde luego, la vida en hermandad es mucho más que una salida procesional. Aun así, las imágenes de llanto entre los más jóvenes no se pudieron remediar.

Los pasos de la hermandad permanecieron en el templo como testigos estáticos de los rezos y de la interpretación evangélica que haría el párroco Iván Carrera de los personajes de Judas y San Pedro tan representativos del Martes Santo. Ambos traicionaron a Cristo pero su sentido del arrepentimiento fue bien distinto… Otra de las imágenes de la intimidad del templo fue la de la familia Benítez Macías aguardando a la simbólica ‘Levantá’ del palio de la Paz que finalmente no se daría por la suspensión de la estación penitencial; bonito y sentido ofrecimiento de la corporación por el fallecimiento en septiembre pasado del que fuera capataz de la Virgen Andrés Benítez y al que la propia familia ha respondido públicamente con un mensaje de agradecimiento.

La parroquia fue un clamor, de hermanos de fila apostados en los bancos, con el trasiego de los ‘armaos’ que solo pudieron hacer un pequeño pasacalles antes de la hora marcada para la salida, las constantes reuniones de la junta de Gobierno y la manifiesta impaciencia de los costaleros y cargueras de los pasos. La orfebrería brillaba, ordenada,  sin ser utilizada; los cirios, apagados, con su cera para quemar otro año… El agridulce momento fue compartido, como anécdota, por el propio alcalde de la ciudad, Miguel Rodríguez, dispuesto junto a su esposa a acompañar a su pequeña hija en la procesión, pero, como todos, se quedaría con las ganas. Se le vería departiendo con su amigo y párroco de San Miguel en Jerez, el arcense Julián Benítez, también hermano de San Antonio. Precisamente, el alcalde, acompañado por la delegada Territorial de Turismo, Cultura y Deporte, Tania Barcelona, y distintos concejales del equipo de Gobierno, se desplazaba por la mañana también a la parroquia de San Francisco para realizar una ofrenda floral ante los sagrados titulares del día.

A todo, un impresionante gentío se congregó en el atrio parroquial para, por fin, poder ver a sus imágenes una vez que la hermandad decidió la apertura del templo. Todo se quedó ahí, pero las imágenes del santo, de Cristo y su Madre siempre permanecerán en San Francisco dispuestas al culto y a recibir el cariño de todo Arcos.

El Martes Santo se iba a mostrar sin novedades estéticas y materiales en las calles, como admitía ante este medio el hermano mayor, porque sus miradas en este sentido están puestas en 2026, un año que –anuncia– traerá improntas y nuevos proyectos con los que mantener encendida la ilusión. Si hubiera una, sería el estreno de la parte trasera de la canasta del paso de misterio que no se pudo lucir el año pasado debido también a las lluvias.

No en vano, quien tuvo ocasión de levantar la mirada hacia los pasos, admirar cada detalle y perspectiva, acabaría sucumbiendo ante la belleza que mostraba la Virgen de la Paz con su elegante indumentaria y exornos florales, y hacia el martirio de Cristo representado por el Señor Atado a la Columna.

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