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Arcos

Del enigma a la certeza

En aras al convenio suscrito entre el Ayuntamiento y la familia propietaria del castillo ducal, el monumento abrirá al público cuatro días al año; una esperada iniciativa que se enmarca en el 750 aniversario de la reconquista de Arcos

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  • Detalle de la biblioteca. -

Uno de los actos que mayor expectación cobra en la antesala conmemorativa del 750 aniversario de la anexión de Arcos a Castilla es la apertura del castillo ducal de la ciudad durante cuatro días al año, un gesto de la propiedad muy esperado y queda estampado en el convenio firmado entre el Ayuntamiento y Diego Mora-Figueroa, descendiente de la mujer que adquiriría el monumento para convertirlo en su residencia particular hace casi cien años, cuando, curiosamente, estaba a punto de ser derrumbado por su estado de deterioro.


Si bien la existencia del castillo en el entramado monumental del casco antiguo arcense ha despertado más enigmas que certezas entre el pueblo, que el arcense lo disfrute por un rato, lo justo para conocer algunas estancias de interés alejadas de los servicios íntimos de la familia, no deja de ser un privilegio al que sólo podrán acceder unos cuantos, entre otros motivos porque las visitas se realizarán con grupos reducidos. La intención es no alterar la tranquilidad que se respira en este lugar que, pese a aparentar más un cortijo andaluz en lo que un día fue su patio de armas, no deja de ser un remanso de belleza que nos remonta a una época épica.


Aunque los medios que asistieron al acto ya se sienten privilegiados, por el simple hecho de cruzar el umbral del gran desconocido del patrimonio histórico monumental de Arcos, fue una ocasión para confirmar la existencia de una valiosa biblioteca donde se deja entrever algunos ejemplares manuscritos y otras reliquias que posiblemente ambicionarían las grandes bibliotecas del mundo. Y no digamos nada de la terraza con vistas a la peña y al río Guadalete cuyo asomo ya despertaría en cualquiera el soniquete de la leyenda... En fin, una visita tan corta como gratificante que puso de relieve el cariño que siente la familia por este lugar y sobre todo el grado de respeto que le profesa.


Una vez rubricado el acuerdo, ambas partes tendrán que decidir qué días se abrirá el castillo, lo cual se hará en función a las necesidades del Ayuntamiento y a la predisposición de la familia. A cambio, el Ayuntamiento se compromete a revisar de algún modo la relación tributaria del castillo, a recepcionar parte de la ladera privada de la peña para una actuación ambiental y al mantenimiento del aparcamiento provisional propiedad de la familia que se habilita durante la Feria de San Miguel. Todo ello es sujeto de sendos convenios urbanístico y tributario que deberán pasar por el Pleno municipal.  


El equipo de Gobierno y la propiedad del castillo quisieron trasladar el acto de firma del convenio al propio monumento, cuya excelsa biblioteca fue testigo del compromiso institucional. El alcalde, José Luis Núñez, agradeció a la familia Mora-Figueroa, y especialmente a los padres de Diego, la sensibilidad para llevar a cabo la apertura del castillo.


En nombre de la familia propietaria, Diego Mora-Figueroa devolvió el agradecimiento al Ayuntamiento para señalar que el convenio es “un buen equilibrio  entre la apertura al público del castillo y un mantenimiento y un respeto hacia la casa de una familia. ¡Que lo disfruten!”. De este modo expresaba la satisfacción que reina en su familia por la firma del acuerdo que comenzará a materializarse en breve, posiblemente en primavera.
Posteriormente, el alcalde manifestaría que la apertura del castillo es “una lucha de todas las corporaciones”, pero enmarcó el acuerdo “en la insistencia, en el acuerdo y en el entendimiento” de las partes. También reconocería que “las generaciones van cambiando...”.

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