La noche más larga empalmó con el luto por la muerte del Señor
El Viernes Santo fue un día magnífico que permitió la salida procesional de las corporaciones del Dulce Nombre y Santo Entierro. En la primera de las procesiones se dejó notar especialmente que la hermandad cumple en este 2016 sus 475 años de fundación, ya que la fachada de la parroquia de San Francisco lució un cartel gigante conmemorativo. A la dulzura que derrama el paso del ‘Niño’ se le sumó el dolor que desprende el de su Madre, Nuestra Señora de la Quinta Angustia, con su Hijo, el Santísimo Cristo de las Penas, entre los brazos ya muerto. El paso de estas imágenes es completamente nuevo, mientras que el paso del Dulce Nombre recuperó los cuatro puntos de luz propiedad de la hermandad, sometidos a un profunda limpieza y dotados de nuevas tulipas.
El mismo sentido luctuoso en la segunda cita del día de la mano de la hermandad del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad desde la parroquia de San Pedro; desfile que cerraría una Semana Santa que ya es historia. La imagen de la Virgen estrenó diadema, como también su palio ha experimentado la restauración de las bambalinas y estrenado incensarios.