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Arcos

Los toros del Aleluya se cobraron dos heridos graves y unas veinte asistencias sanitarias

Según la Policía Local, el dispositivo de seguridad funcionó a la perfección a tenor del descenso de incidentes

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  • Toro del Aleluya. -

En la particular procesión de Resurrección que vive Arcos, desde luego, la lluvia parece no importar a nadie, porque de hecho fueron miles las personas que se reunieron para asistir a los encierros de la jornada pese a que el día amaneció lluvioso y desapacible para, precisamente, permanecer en las calles. Después el tiempo fue más condescendiente y, aun con cielos nublados, cesó la lluvia. La ciudad celebró así, un año más, la Resurrección de Cristo, con la suelta, en primer lugar, del toro de nombre ‘Librillo’, de pelo colorado y 570 kilos de peso, de la ganadería de Peñajara.

A las 12.00 horas, el alcalde de Arcos, Isidoro Gambín, acompañado de otros miembros del equipo de Gobierno, ondeó el pañuelo con el que dio el permiso oficial para la apertura del cajón que custodiaba al animal en la calle Gomeles. ‘Librillo’ hizo el recorrido hasta la calle Corredera en casi veinte minutos, mucho más tiempo que en otras ocasiones. Ello provocó, tal vez, que el toro permaneciera más fresco y por tanto con mayor peligro. De hecho, al poco de salir protagonizó la primera cogida de la mañana, hiriendo en una pierna a un corredor. Se trata de un vecino de Arcos que fue trasladado al hospital de Villamartín, donde fue intervenido y donde permanece, al parecer, toda la semana.

El toro pareció cogerle gusto a la calle Corredera, donde no paró de embestir contra las vallas, lo cual le hizo sangrar por los cuernos.
A pocos minutos de la una de la tarde, empezaron la tareas de ensogado para devolver a ‘Librillo’ a su cajón.


Mientras tanto, mucho ambiente en las calles, aunque tal vez menos público en la salida del primer toro. Numerosos vecinos aprovecharon sus azoteas y balcones como la mejor atalaya para presenciar el espectáculo taurino. Igualmente, impresionante dispositivo de seguridad con los refuerzos de la Guardia Civil, Protección Civil, Cruz Roja, Policía Local y centro de salud.
El segundo de los toros, ‘Olímpico’, de la ganadería de Domíguez Camacho y de 510 kilos de peso, no se comparó con el antecesor desde el punto de vista del juego del animal, pero cumplió, desde luego, su cometido aunque sin hacer el recorrido previsto y mostrando un manifiesto cansancio tras su arrancada inicial. El toro estuvo  a punto de embestir contra un miembro de Protección Civil poco antes del momento establecido para su retirada de las calles. Los corredores se confiaron a la altura del barranco San Miguel porque el toro no se movía, pero en un alarde de velocidad, ‘Olímpico’, propinó más de es un sobresalto. De hecho, golpeó fuertemente en la cabeza a un corredor en la calle Alta, dejándolo incluso inconsciente, por lo que fue evacuado rápidamente a un centro hospitalario.

Ensogado en torno a las cuatro y cuarto de la tarde, el animal fue conducido al cajón situado entre la confluencia de las calles Corredera y Peña Picada, para el que el trabajo del equipo de protección del animal fue indispensable. Exactamente, a las 16.17 minutos fue encerrado de nuevo en su cajón para su posterior sacrificio.
Después de la fiesta se desató en el Paseo de Andalucía y en otros establecimientos del casco urbano.

Según la Policía Local, con independencia de los dos traslados a centros hospitalarios, se produjeron en torno a veinte asistencias sanitarias, algunas de ellas sin tener nada que ver con los encierros de los toros. Se trata de caídas fortuitas y alguna que otra intoxicación etílica.

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