La pandemia sigue dando un respiro a Arcos respecto al resto de municipios vecinos donde la tasa de contagio de COVID-19 ha aumentado. Así, la ciudad registra una incidencia acumulada de 162,2 casos positivos por 100.000 habitantes, con 23 nuevos casos en la semana y 50 en la quincena. 2.175 arcenses han contraído en algún momento la enfermedad durante el último año, y 1.949 de ellos figuran oficialmente como curados.
El número de defunciones sigue en 37. A pesar de que Arcos se encuentra entre los municipios serranos con menor tasa e nal provincia, el pasado domingo comenzaron las nuevas restricciones, que sitúan el cierre de la actividad no esencial, que incluye a la hostelería, a las ocho de la tarde, por lo que el sector pierde dos horas y media de negocio respecto al estado anterior. Sin embargo, el perímetro del municipio continúa abierto por ahora. Respecto a la actividad esencial, podrá seguir abierta hasta las 22.30 horas, mientras que el toque de queda sigue fijado entre las 23.00 y las 6.00 horas. En el exterior de los establecimientos, las reuniones no podrán ser de más de seis personas, y en el interior no más de cuatro. En lo que concierne exclusivamente a la hostelería, no se podrá consumir en barra y el aforo no podrá ser mayor del 30 por ciento en el interior de los bares y restaurantes, y no más del 75 por ciento en terrazas.
En el caso de la Sierra, hay cuatro municipios con una tasa por encima de los 1.000 casos, por lo que mantienen cerrados tanto su perímetro como su actividad no esencial. Se trata de Villamartín, El Bosque, Puerto Serrano, Alcalá del Valle y Ubrique. Mantienen cerrada su actividad no esencial, por incidencia mayor de los 500 positivos, las localidades de Bornos, Espera y Algodonales.