Relato de una noche de verano

Publicado: 20/06/2025
Usar repelentes de insectos, evitar la exposición al aire libre sobre todo al anochecer,  y vestir prendas largas, son las técnicas más eficientes
La llegada de la época estival y sus noches pueden resultar inspiradoras para escribir. Esta semana, y siendo más osado de lo habitual y de lo que debería, me he atrevido a dar un giro teatral al tema científico-médico de esta sección con una narrativa. Quedará a criterio de ustedes la decisión de cerrar la trama con un desenlace dramático o  favorable. Estructuraremos nuestra historia en tres “actos”principales.

Primer acto. Nos situamos en los humedales del bajo Guadaldalquivir, en esta época del año, donde el agua acumulada meses atrás y el calor, crean las condiciones para que ser un lugar de descanso perfecto para uno de  nuestros protagonistas, un ave procedente de los Valles Occidentales del río Nilo. En nuestras tierras encuentra todo lo necesario para reponer fuerzas, disfrutando de una nutritiva gastronomía. Y como un turista más, disfruta de la hospitalidad y encanto del Occidente Andaluz.Este ambiente húmedo y con altas temperaturas también ha permitido que otro actor necesario en nuestra historia, el mosquito, se haya desarrollado y crecido con vigor. Hasta ahora, la escena campestre no anticipa ningún peligro aparente, y la marisma es solo un lugar donde el ciclo de la vida se abre paso en la naturaleza.

Segundo acto. En esta parte de la obra, hace su aparición estelar“el villano”. Sin hacer ruido,y oculto como un polizón, ha viajado miles de kilómetros en el interior del organismo del ave. Es un germen y su nombre en clave es …Virus del Nilo Occidental. Poco después, y en un previsible giro de los acontecimientos, el mosquito, ávido de sed y hambre, al picar al pájaro para alimentarse, se convierten en un nuevo transmisor del virus.

Tercer acto. A estas alturas todos de ustedes ya vaticinan lo que va a suceder. Unas noches más tarde,el mosquito, con un refinado gusto por la sangre humana, decide atravesar con su “probóscide” (o trompa)la piel de una persona, y le inocula la infección. Así llegamos al final de esta trama, que es el clásico ejemplo de como las enfermedades de otros animales “saltan” a nuestra especie.

Las consecuencias para nuestra salud, pueden ser varias. En la mayoría de los casos la barrera inmunológica de protección actúa eficazmente,  y ayuda a que salgamos indemnes de esta batalla,  con una ausencia total de síntomas o sólo algunos de carácter leve, como dolor de cabeza, muscular, fiebre e inflamación de ganglios que se resuelven en unos días de forma espontánea. En otras personas,  con deficiencias defensivas, enfermedades graves crónicas o aquellas en edades extremas de la vida (niños y mayores) las complicaciones de la infección pueden ser más graves, por la afectación del sistema nervioso. Meningitis (inflamación de la membrana que protege el cerebro), encefalitis (cuando se afecta directamente el cerebro) o mielitis (cuando se daña la médula espinal) son las consecuencias potencialmente más graves  y desgraciadamente no exentas de riesgo vital, con una elevada mortalidad.

Aunque no existe un tratamiento que nos proteja del virus (si existen vacunas en caballos), podemos aplicar medidas para prevenir el contagio en las zonas de riesgo.  En estos lugares, controlados y determinados por los Sistemas de Vigilancia Epidemiológica del Ministerio de Sanidad, la precaución es la mejor manera de no contraer la enfermedad. Usar repelentes de insectos, evitar la exposición al aire libre sobre todo al anochecer,  y vestir prendas largas que cubran piernas y brazos, son las técnicas más eficientes.  Recuerden, prevenir es curar.… y les deseo que disfruten de esta nueva estación, evitando ser los protagonistas principales de esta crónica vampírica.

© Copyright 2025 Andalucía Información