Si van a un torneo de balonmano playa en cualquier playa o arenal (también se llega a jugar en sitios sin playa, donde el calor es asfixiante), no se sorprendan si escuchan nombres como Herpac, Recortes o La Chanca. No están tratando de venderles productos de almadraba —que también sería una buena oportunidad—, sino que esas empresas son las que patrocinan a los equipos barbateños, tanto masculino como femenino, de balonmano playa.

Escribo este artículo sentado en cualquier playa de Lepe, Barbate, Cádiz, La Manga, Torrox, Laredo o Fuengirola, y por la megafonía se oye una y otra vez: “Barbate pasa a cuartos”, “Barbate gana”... Es increíble el potencial que tiene Barbate en este deporte, donde ha llegado al techo en España y Europa. Un deporte donde las piruetas con el balón en las manos, las "chapas", los tiros suspendidos en el aire, los giros inverosímiles y las vaselinas adquieren su máximo esplendor. Un deporte pensado para el disfrute, sin agresividad, donde el contacto apenas está permitido y no se pierde ni un ápice del espectáculo.

Un aficionado exaltado protesta de manera airada y hace aspavientos por una posible falta no pitada. Ni se contempla, por supuesto, el insulto: eso se queda en casa o en deportes más "permisivos" con esa barbarie hacia los sufridos árbitros, con los que también se puede dialogar de manera más amigable. Como escribía, se para automáticamente el partido, se identifica a ese seguidor exaltado y se le invita a deponer su actitud o a abandonar el perímetro de la pista de fina arena blanca. Eso sonroja al club, y rápidamente aparece algún directivo o directiva junto a ese aficionado para que recapacite y no vuelva a seguir ese "mal camino". Es suficiente: no tienen ni que abandonar los equipos la pista, ni siquiera parar mucho tiempo el partido. Luego, es el propio aficionado quien recapacita y se acerca a disculparse con los árbitros, que, de buen grado, la aceptan y explican la polémica jugada. Parece fácil todo eso, pero en otros deportes sería inimaginable. Aquí, todo es sencillo y práctico.

Si vas a cualquier campeonato, pasa casi como cuando vas de vacaciones a cualquier sitio: ¡hay muchos de Barbate, jajajaja! Pero, como nuestro pueblo tiene unos equipazos, es lógico que haya una enorme representación de aficionados barbateños. Un no parar de horarios y pistas: que si La Chanca en la pista 6 a las 7, Recortes a las 11 en la pista 2, y luego nos vamos a Herpac, que juega en la pista 1 a las 11:30. "¡No te lo pierdas, quillo, que es partidazo de los sénior con Algeciras!", se escucha decir a una chica que camina sonriente con su grupo de amigos y amigas.

Las pistas se llenan de abrazos en las victorias y las derrotas, entre propios y contrarios, de frases como “quedamos en la pista central”. Aunque sean jugadores de equipos diferentes, se sientan juntos charlando amistosamente; las carpas se llenan de vocablos de toda España y de acentos dispares, donde se comparte agua con cualquier jugador o jugadora, de cualquier club —conocido o no—, e incluso una paella de enormes dimensiones y gratuita que está repartiendo el Club Balonmano Vistalegre de Utrera, que la ha preparado in situ.

Si leen todo esto, parece que estuviera escribiendo sobre una secta que trata de acaparar adeptos, pero no: no son "la secta". Son, si acaso, una de las siete maravillas del mundo que todavía existe en nuestro país, y que esperemos que no se la carguen nunca.

En nuestro pueblo hay nombres que luchan para que todo siga en esos términos y siga siendo un referente nacional e internacional. Esos nombres se los cuento, porque ellos no buscan protagonismo, pero yo creo que se lo merecen: Luisa Picazo, Fran Limones, Manzorro, Pepe, José Diego Castillo, Manu Ramírez, Pablo Caro, Tomás Ramírez, Chamorro, Robles, Valdés, Perico... Así es normal que en la megafonía no suenen solo los nombres de nuestros equipos, sino también los suyos, porque son muy conocidos a nivel federativo y ejemplo de saber estar y organizar. Todo un orgullo que sean de Barbate.

¡Ah! ¿Que no me creen? Me lo ponen muy fácil: les invito a que pasen este fin de semana por el Torneo Recortes de Mojama, en la playa del Carmen, y lo comprueben directamente. Verán que el espectáculo está en la arena, en la grada y hasta en la cantina. No solo debemos presumir de nuestras paradisíacas playas, sino que además, en este deporte, somos los reyes de la playa.