El objetivo de la concentración era, según los convocantes, pedir apoyo institucional para las mujeres embarazadas, exigir al Ejecutivo que “no instrumentalice la escuela al servicio de su peculiar y perversa ideología sobre la sexualidad”, y pedir a los políticos que “los derechos humanos no sean nunca cuestionados”.
Los manifestantes, en su mayor parte personas mayores y familias, se concentraron bajo el lema 25 años bastan y han coreado consignas como Basta de trolas, la vida es lo que mola o Zapatero, la vida es lo primero.
Durante el acto, celebrado tras una inmensa pancarta de sesenta metros con el lema Todos tienen derecho a la vida, la periodista Cristina López Schlichting ha leído un manifiesto que denunciaba que en menos de 48 horas entrará en vigor “una de las leyes más inicuas de la historia democrática”.
Una ley, aseguró, que “legaliza la ideología de género e impone su enseñanza en escuelas y su aplicación en la sanidad”, que declara al niño por nacer “indigno de toda protección jurídica en sus primeras catorce semanas de vida” y que permite la interrupción del embarazo hasta la semana 22.
Según López Schlichting, la norma, además, “legaliza el aborto eutanásico sin límite de plazo en algunos supuestos inconcretos y vagos vinculados al diagnóstico de anomalías o enfermedades que la ley califica como incurables o incompatibles con la vida”.
Además, criticó esta periodista, la norma no incorpora ni una sola medida de apoyo a la embarazada, “introduce cortapisas” al derecho a la objeción de conciencia del personal sanitario y pretende “obligar” a las universidades a tener que enseñar a los estudiantes de carreras sanitarias cómo practicar abortos. El manifiesto también denuncia que la norma “expropia a los padres los derechos propios de la patria potestad respecto de sus hijas menores de 18 años”.
La presidenta de la Federación Española de Asociaciones Provida, Alicia Latorre, cerró asegurando que “en su buen hacer”, el Constitucional suspenderá esta norma y la declarará inconstitucional porque en la Carta Magna, dijo, “no pueden caber la tortura, el trato vejatorio, ni la desigualdad de oportunidades” que esta ley lleva consigo.
La nueva ley del aborto permite la interrupción libre del embarazo hasta la semana 14 de gestación y hasta la semana 22 cuando se diagnostiquen enfermedades extremadamente graves e incurables para el feto.