Cádiz
El disidente chino Liu Xiaobo, Premio Nobel de la Paz 2010
Artista y luchador por los derechos humanos y libertades fundamentales en China
El disidente chino Liu Xiaobo es el ganador del Premio Nobel de la Paz de 2010, según comunicó ayer el Instituto Nobel desde su sede noruega en Oslo.
Liu recibirá el premio “por su largo trabajo no violento a favor de los Derechos Humanos en China. El comité Nobel ha deliberado largamente antes de tomar esta decisión que conecta los Derechos humanos y la paz”, señaló el instituto.
“En las últimas dos décadas, Liu Xiaobo ha sido un gran portavoz a favor de la aplicación de los derechos humanos fundamentales en China”, agregó la institución, que recordó su participación en la protesta democrática de Tiananmen de 1989.
Liu ha participado además en la elaboración de diversos manifiestos de artistas y activistas a favor de los derechos humanos en China, algo que le ha valido once años de cárcel y dos más de privación de derechos civiles.
Liu sucede en la nómina de los Nobel de la Paz al presidente de EEUU, Barack Obama, quien recibió en 2009 el premio en medio de una fuerte controversia, puesto que no llevaba ni un año en ejercicio.
China mostró ayer su rechazo a la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, a quien considera un delincuente juzgado en un proceso justo y la calificó de “blasfemia” contra el respeto a los principios del Premio.
Mientras, la esposa del disidente galardonado pidió a la comunidad internacional que aproveche esta oportunidad para presionar por la liberación de su marido, que cumple una condena de 11 años de cárcel.
“Espero que la comunidad internacional aproveche esta oportunidad para presionar al Gobierno chino por la liberación de mi marido”, señaló en un comunicado su esposa, la poetisa Liu Xia, sometida a vigilancia domiciliaria y la única que puede visitarle una vez al mes y bajo vigilancia.
Según dijeron los dos abogados y amigos más cercanos del galardonado, Mo Shaoping y Pu Zhiqiang, Liu Xiaobo, de 54 años, no sabe que ha recibido el preciado galardón porque se encuentra incomunicado en la cárcel de Jinzhou, en Liaoning, a 480 kilómetros de Pekín.
“Ahora mismo nadie puede contactar con Liu Xiaobo. Tendrá que esperar a la visita mensual que recibe de su esposa”, señaló Mo.
Pekín detuvo ayer a una veintena de disidentes que celebraban la concesión del premio al activista Liu Xiaobo del premio Nobel de la Paz y llamó a consultas al embajador noruego, lo que ha desatado tensiones diplomáticas entre ambos países.
Según informó el abogado de derechos humanos Teng Biao, la policía china detuvo en diversas zonas de Pekín a pequeños grupos de activistas poco después de las cinco de la tarde, hora local, cuando se conoció en China la noticia.
“Se estaban preparando para celebrar el Nobel, iban a reunirse con amigos en distintos puntos de la ciudad en restaurantes y bares cuando los detuvieron”, afirmó este abogado.
El teléfono de Liu Dejun, otro disidente que horas antes informó de que estaba celebrando el premio de Liu, estaba apagado en el momento de redactar esta nota y se desconoce su paradero.
Amigos, abogados y disidentes cercanos al nuevo premio Nobel de la Paz, como Mo Shaoping o Pu Zhiqian, expresaron su emoción por el reconocimiento concedido a Liu.
La esposa del disidente, la poetisa Liu Xia señaló que “es un verdadero honor para él y sé que va a decir que no se lo merece”.
La poetisa desobedeció de esta manera la prohibición de las autoridades chinas de hablar con la prensa extranjera o conceder entrevistas, y anunció a Hong Kong Cable Television que lo primero que hará cuando vea a su marido será darle un gran abrazo y que el premio era “para todos los que trabajan por los derechos humanos”.
El régimen comunista chino prácticamente carece de oposición debido a su estricta censura y represión de la mermada disidencia china, y porque el crecimiento económico de la segunda potencia económica legitima al gobierno frente a su pueblo, de momento.
No obstante, su represión de cualquier atisbo de disidencia o crítica internacional contra sus violaciones de derechos humanos es implacable, como demuestra el hecho de que esta misma tarde la cancillería china llamara a consultas al embajador noruego en Pekín, Svein Ole Saether, para expresar su rotunda oposición al galardón.
Según confirmaron fuentes cercanas al encuentro, funcionarios de la cancillería china expresaron a Saether su insatisfacción y el riesgo que corren las relaciones bilaterales entre ambos países por la concesión del premio a Liu, al que consideran un “delincuente” y que desde diciembre de 2009 cumple condena de once años de cárcel por “subversión contra el Estado”.
El embajador informó de que trasladaría la preocupación de Pekín a su gobierno, que el comité Nobel es independiente y que esperaba que las relaciones entre China y Noruega no se vean dañadas.
De hecho, el gobierno chino calificó en un comunicado la concesión del premio a Liu como una “blasfemia” que infringe el espíritu del Instituto Nobel de otorgárselo a quienes “trabajan por la armonía social, la amistad internacional, el desarme y el pacifismo”.
En los últimos meses Pekín advirtió a Oslo que, en caso de conceder el premio a Liu, sus relaciones bilaterales se verían gravemente afectadas, así como la firma de un acuerdo petrolero entre ambos Estados.
La voz de la disidencia
Liu Xiaobo señaló en una entrevista la víspera de su arresto en 2008 que la aparición de internet ha supuesto un impulso para la disidencia china, que cada vez está más presente dentro del país.
“Desde la aparición de internet, hay cada vez más contra-poderes en China”, dijo Liu en la que la cadena France 24 identifica como la última entrevista del disidente, quien cumple una condena de 11 años de cárcel.
Liu, que participó en las manifestaciones de la plaza de Tiananmen en 1989, aseguraba en esa conversación que nada cambió desde el punto de vista formal tras la matanza de estudiantes perpetrada por las fuerzas de seguridad chinas en Pekín, aunque señaló que las protestas son una “herencia positiva” ya que alumbraron ciertos avances.
Entre ellos, el económico, donde “el cambio es destacable”, decía entonces Liu, un día antes de que la policía le detuviera cuando iba a salir a cenar con su esposa.
“El cambio desde 1989 es muy importante, incluso si las manifestaciones de 1989 terminaron trágicamente, para los chinos constituyen una herencia muy positiva”, decía al considerar que “llamó la atención de los chinos sobre la cuestión de los derechos humanos”, afirmaba Liu.
En los últimos años, cada vez más, diferentes agentes “no gubernamentales se hacen escuchar en todos los aspectos: económico, derechos humanos, evolución de la sociedad o despertar de los intelectuales”, destacaba.
“Se expresan todo tipo de pensamientos, sobre todo a través de internet. Cada vez hay más disidentes incluso en el interior de China”, agregaba entonces el ahora flamante Nobel de la Paz.
El mundo elogia a Liu y China ve una “blasfemia” la concesión del Premio
La concesión del premio Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo ha desatado un clamor en todo el mundo a favor de su liberación, mientras Pekín lanza amenazas y califica de “blasfemia” la decisión del Comité Nobel.
El Gobierno chino advirtió de que las relaciones de Pekín con Noruega y con el Comité del Premio Nobel sufrirán las consecuencias, y poco después convocó al embajador noruego en Pekín para expresarle su descontento.
El ministro noruego de Asuntos Exteriores, Jonas Gahr Støre, tuvo que salir al paso de las amenazas de China al asegurar que “hay una clara línea entre un comité independiente y el Gobierno noruego. Deben entender que así funciona nuestra sociedad”.
En contraste con la reacción de Pekín, gobiernos, instituciones internacionales y organizaciones pro derechos humanos expresaron su satisfacción por la concesión del premio a Xibao.
La Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, subrayó que la concesión del Nobel a Liu Xiaobo es un reconocimiento a la labor de los defensores de los derechos humanos en China.
“Liu Xibao es un prominente defensor de los derechos humanos. Saludo el reconocimiento del rol importantísimo que juegan en China los defensores de los derechos humanos”, señaló Pillay.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, felicitó a Liu Xiaobo y afirmó que el premio “es un fuerte mensaje de apoyo para todos aquellos que están luchando por la libertad y por los derechos humanos en el mundo, a veces con un gran sacrificio personal”.
Por su parte, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, aprovechó para reiterar la petición de puesta en libertad y subrayó que “Francia, como la UE, ha expresado su preocupación desde su detención”.
El Gobierno alemán también felicitó a Liu Xiaobo, a quien considera un “gran defensor de los derechos humanos en su país” y “un hombre valiente que lleva adelante una lucha pacífica”.
El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, pidió a China que ponga en libertad a Liu Xiaobo, apresado por ejercer la “libertad de expresión”. “Concederle el premio de la paz supone el reconocimiento de la comunidad internacional sobre las crecientes voces en el pueblo chino que quieren empujar a China hacia reformas políticas, legales y constitucionales”, dijo el líder tibetano.
Obama valora el sacrificio de Liu
El presidente de EEUU, Barack Obama, reclamó a China que ponga en libertad a Liu Xiaobo, a quien calificó de “portavoz elocuente y valeroso en favor de los valores universales”. Obama, quien recibió el Nobel de la Paz en 2009, indicó que cuando aceptó el galardón advirtió de que “muchos otros que lo han recibido han sacrificado muchas más cosas que yo. Esta lista ahora incluye al señor Liu”.
Los mandatarios europeos exigen la liberación del Nobel encarcelado
El Gobierno español defiende la liberación del disidente chino Liu Xiaobo, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, señalaron fuentes del Ejecutivo.
Tras felicitar al activista chino por el galardón, el Gobierno ha apoyado también la libertad de expresión de Xiaobo.
De esta forma, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero se suma a la posición de la Unión Europea y recuerda en este sentido que los Veintisiete ya rechazaron la condena a 11 años que mantiene a Xiaobo encarcelado.
El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, ha destacado la labor del disidente chino en defensa de la libertad y ha exigido su “liberación inmediata e incondicional”.
Y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha considerado que la concesión del Nobel de la Paz a Xiaobo “es un fuerte mensaje de apoyo” para quienes defienden la libertad y los derechos humanos en todo el mundo.
La ONU ve en el Nobel el “consenso internacional a favor de los derechos humanos”
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó que el Premio Nobel de la Paz 2010 concedido al disidente chino Liu Xiaobo reconoce la existencia de “un consenso internacional” a favor de la defensa de los derechos humanos.
“La concesión del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo es un reconocimiento del creciente consenso internacional respecto a la necesidad de mejorar la práctica y la cultura de los derechos humanos en todo el mundo”, afirmó Ban.
El máximo responsable del organismo multilateral ha defendido de manera consistente la “importancia que tienen los derechos humanos, junto al desarrollo y la paz y la seguridad” como pilares de la labor de Naciones Unidas, destacó.
A continuación, señaló que China ha ampliado el espacio de participación política y “de manera constante se ha ido adhiriendo a las prácticas e instrumentos sobre derechos humanos reconocidas”.
Liu recibirá el premio “por su largo trabajo no violento a favor de los Derechos Humanos en China. El comité Nobel ha deliberado largamente antes de tomar esta decisión que conecta los Derechos humanos y la paz”, señaló el instituto.
“En las últimas dos décadas, Liu Xiaobo ha sido un gran portavoz a favor de la aplicación de los derechos humanos fundamentales en China”, agregó la institución, que recordó su participación en la protesta democrática de Tiananmen de 1989.
Liu ha participado además en la elaboración de diversos manifiestos de artistas y activistas a favor de los derechos humanos en China, algo que le ha valido once años de cárcel y dos más de privación de derechos civiles.
Liu sucede en la nómina de los Nobel de la Paz al presidente de EEUU, Barack Obama, quien recibió en 2009 el premio en medio de una fuerte controversia, puesto que no llevaba ni un año en ejercicio.
China mostró ayer su rechazo a la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, a quien considera un delincuente juzgado en un proceso justo y la calificó de “blasfemia” contra el respeto a los principios del Premio.
Mientras, la esposa del disidente galardonado pidió a la comunidad internacional que aproveche esta oportunidad para presionar por la liberación de su marido, que cumple una condena de 11 años de cárcel.
“Espero que la comunidad internacional aproveche esta oportunidad para presionar al Gobierno chino por la liberación de mi marido”, señaló en un comunicado su esposa, la poetisa Liu Xia, sometida a vigilancia domiciliaria y la única que puede visitarle una vez al mes y bajo vigilancia.
Según dijeron los dos abogados y amigos más cercanos del galardonado, Mo Shaoping y Pu Zhiqiang, Liu Xiaobo, de 54 años, no sabe que ha recibido el preciado galardón porque se encuentra incomunicado en la cárcel de Jinzhou, en Liaoning, a 480 kilómetros de Pekín.
“Ahora mismo nadie puede contactar con Liu Xiaobo. Tendrá que esperar a la visita mensual que recibe de su esposa”, señaló Mo.
Pekín detuvo ayer a una veintena de disidentes que celebraban la concesión del premio al activista Liu Xiaobo del premio Nobel de la Paz y llamó a consultas al embajador noruego, lo que ha desatado tensiones diplomáticas entre ambos países.
Según informó el abogado de derechos humanos Teng Biao, la policía china detuvo en diversas zonas de Pekín a pequeños grupos de activistas poco después de las cinco de la tarde, hora local, cuando se conoció en China la noticia.
“Se estaban preparando para celebrar el Nobel, iban a reunirse con amigos en distintos puntos de la ciudad en restaurantes y bares cuando los detuvieron”, afirmó este abogado.
El teléfono de Liu Dejun, otro disidente que horas antes informó de que estaba celebrando el premio de Liu, estaba apagado en el momento de redactar esta nota y se desconoce su paradero.
Amigos, abogados y disidentes cercanos al nuevo premio Nobel de la Paz, como Mo Shaoping o Pu Zhiqian, expresaron su emoción por el reconocimiento concedido a Liu.
La esposa del disidente, la poetisa Liu Xia señaló que “es un verdadero honor para él y sé que va a decir que no se lo merece”.
La poetisa desobedeció de esta manera la prohibición de las autoridades chinas de hablar con la prensa extranjera o conceder entrevistas, y anunció a Hong Kong Cable Television que lo primero que hará cuando vea a su marido será darle un gran abrazo y que el premio era “para todos los que trabajan por los derechos humanos”.
El régimen comunista chino prácticamente carece de oposición debido a su estricta censura y represión de la mermada disidencia china, y porque el crecimiento económico de la segunda potencia económica legitima al gobierno frente a su pueblo, de momento.
No obstante, su represión de cualquier atisbo de disidencia o crítica internacional contra sus violaciones de derechos humanos es implacable, como demuestra el hecho de que esta misma tarde la cancillería china llamara a consultas al embajador noruego en Pekín, Svein Ole Saether, para expresar su rotunda oposición al galardón.
Según confirmaron fuentes cercanas al encuentro, funcionarios de la cancillería china expresaron a Saether su insatisfacción y el riesgo que corren las relaciones bilaterales entre ambos países por la concesión del premio a Liu, al que consideran un “delincuente” y que desde diciembre de 2009 cumple condena de once años de cárcel por “subversión contra el Estado”.
El embajador informó de que trasladaría la preocupación de Pekín a su gobierno, que el comité Nobel es independiente y que esperaba que las relaciones entre China y Noruega no se vean dañadas.
De hecho, el gobierno chino calificó en un comunicado la concesión del premio a Liu como una “blasfemia” que infringe el espíritu del Instituto Nobel de otorgárselo a quienes “trabajan por la armonía social, la amistad internacional, el desarme y el pacifismo”.
En los últimos meses Pekín advirtió a Oslo que, en caso de conceder el premio a Liu, sus relaciones bilaterales se verían gravemente afectadas, así como la firma de un acuerdo petrolero entre ambos Estados.
La voz de la disidencia
Liu Xiaobo señaló en una entrevista la víspera de su arresto en 2008 que la aparición de internet ha supuesto un impulso para la disidencia china, que cada vez está más presente dentro del país.
“Desde la aparición de internet, hay cada vez más contra-poderes en China”, dijo Liu en la que la cadena France 24 identifica como la última entrevista del disidente, quien cumple una condena de 11 años de cárcel.
Liu, que participó en las manifestaciones de la plaza de Tiananmen en 1989, aseguraba en esa conversación que nada cambió desde el punto de vista formal tras la matanza de estudiantes perpetrada por las fuerzas de seguridad chinas en Pekín, aunque señaló que las protestas son una “herencia positiva” ya que alumbraron ciertos avances.
Entre ellos, el económico, donde “el cambio es destacable”, decía entonces Liu, un día antes de que la policía le detuviera cuando iba a salir a cenar con su esposa.
“El cambio desde 1989 es muy importante, incluso si las manifestaciones de 1989 terminaron trágicamente, para los chinos constituyen una herencia muy positiva”, decía al considerar que “llamó la atención de los chinos sobre la cuestión de los derechos humanos”, afirmaba Liu.
En los últimos años, cada vez más, diferentes agentes “no gubernamentales se hacen escuchar en todos los aspectos: económico, derechos humanos, evolución de la sociedad o despertar de los intelectuales”, destacaba.
“Se expresan todo tipo de pensamientos, sobre todo a través de internet. Cada vez hay más disidentes incluso en el interior de China”, agregaba entonces el ahora flamante Nobel de la Paz.
El mundo elogia a Liu y China ve una “blasfemia” la concesión del Premio
La concesión del premio Nobel de la Paz al disidente chino encarcelado Liu Xiaobo ha desatado un clamor en todo el mundo a favor de su liberación, mientras Pekín lanza amenazas y califica de “blasfemia” la decisión del Comité Nobel.
El Gobierno chino advirtió de que las relaciones de Pekín con Noruega y con el Comité del Premio Nobel sufrirán las consecuencias, y poco después convocó al embajador noruego en Pekín para expresarle su descontento.
El ministro noruego de Asuntos Exteriores, Jonas Gahr Støre, tuvo que salir al paso de las amenazas de China al asegurar que “hay una clara línea entre un comité independiente y el Gobierno noruego. Deben entender que así funciona nuestra sociedad”.
En contraste con la reacción de Pekín, gobiernos, instituciones internacionales y organizaciones pro derechos humanos expresaron su satisfacción por la concesión del premio a Xibao.
La Alta Comisionada de Derechos Humanos de Naciones Unidas, Navi Pillay, subrayó que la concesión del Nobel a Liu Xiaobo es un reconocimiento a la labor de los defensores de los derechos humanos en China.
“Liu Xibao es un prominente defensor de los derechos humanos. Saludo el reconocimiento del rol importantísimo que juegan en China los defensores de los derechos humanos”, señaló Pillay.
El presidente de la Comisión Europea (CE), José Manuel Durao Barroso, felicitó a Liu Xiaobo y afirmó que el premio “es un fuerte mensaje de apoyo para todos aquellos que están luchando por la libertad y por los derechos humanos en el mundo, a veces con un gran sacrificio personal”.
Por su parte, el ministro francés de Asuntos Exteriores, Bernard Kouchner, aprovechó para reiterar la petición de puesta en libertad y subrayó que “Francia, como la UE, ha expresado su preocupación desde su detención”.
El Gobierno alemán también felicitó a Liu Xiaobo, a quien considera un “gran defensor de los derechos humanos en su país” y “un hombre valiente que lleva adelante una lucha pacífica”.
El líder espiritual tibetano, el Dalai Lama, pidió a China que ponga en libertad a Liu Xiaobo, apresado por ejercer la “libertad de expresión”. “Concederle el premio de la paz supone el reconocimiento de la comunidad internacional sobre las crecientes voces en el pueblo chino que quieren empujar a China hacia reformas políticas, legales y constitucionales”, dijo el líder tibetano.
Obama valora el sacrificio de Liu
El presidente de EEUU, Barack Obama, reclamó a China que ponga en libertad a Liu Xiaobo, a quien calificó de “portavoz elocuente y valeroso en favor de los valores universales”. Obama, quien recibió el Nobel de la Paz en 2009, indicó que cuando aceptó el galardón advirtió de que “muchos otros que lo han recibido han sacrificado muchas más cosas que yo. Esta lista ahora incluye al señor Liu”.
Los mandatarios europeos exigen la liberación del Nobel encarcelado
El Gobierno español defiende la liberación del disidente chino Liu Xiaobo, galardonado con el Premio Nobel de la Paz, señalaron fuentes del Ejecutivo.
Tras felicitar al activista chino por el galardón, el Gobierno ha apoyado también la libertad de expresión de Xiaobo.
De esta forma, el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero se suma a la posición de la Unión Europea y recuerda en este sentido que los Veintisiete ya rechazaron la condena a 11 años que mantiene a Xiaobo encarcelado.
El presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, ha destacado la labor del disidente chino en defensa de la libertad y ha exigido su “liberación inmediata e incondicional”.
Y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha considerado que la concesión del Nobel de la Paz a Xiaobo “es un fuerte mensaje de apoyo” para quienes defienden la libertad y los derechos humanos en todo el mundo.
La ONU ve en el Nobel el “consenso internacional a favor de los derechos humanos”
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, afirmó que el Premio Nobel de la Paz 2010 concedido al disidente chino Liu Xiaobo reconoce la existencia de “un consenso internacional” a favor de la defensa de los derechos humanos.
“La concesión del Premio Nobel de la Paz a Liu Xiaobo es un reconocimiento del creciente consenso internacional respecto a la necesidad de mejorar la práctica y la cultura de los derechos humanos en todo el mundo”, afirmó Ban.
El máximo responsable del organismo multilateral ha defendido de manera consistente la “importancia que tienen los derechos humanos, junto al desarrollo y la paz y la seguridad” como pilares de la labor de Naciones Unidas, destacó.
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