Bailey invitó a sus alumnos a quedarse después de clase para una demostración opcional sobre el orgasmo femenino.
Una demostración “práctica” del orgasmo femenino en la que se utilizó un juguete sexual ante un anfiteatro lleno de estudiantes ha desatado la polémica en la Universidad Northwestern de Chicago, informaba ayer el diario Chicago Sun Times.
La controvertida sesión de sexo en vivo impulsada por el profesor de psicología J. Michael Bailey en su clase de Sexualidad Humana, ha llevado a la universidad a abrir una investigación sobre el docente y sus métodos, indicó el diario.
“No creo que esto fuera apropiado, necesario o acorde con la misión académica de la Universidad Northwestern”, dijo el director del centro, Morton Schapiro, en un comunicado.
La peculiar lección tuvo lugar el lunes, cuando Bailey invitó a sus alumnos a quedarse después de clase para una demostración opcional sobre el orgasmo femenino en un contexto de masoquismo, fetichismo y dominación.
Con más de 100 estudiantes en el anfiteatro, una voluntaria se desnudó, se tumbó en una toalla y permitió que su novio la penetrara con un consolador con forma de motosierra y con un objeto fálico en un extremo.
“Es probablemente algo que recordaré el resto de mi vida. No puedo decir lo mismo de mi curso de teoría económica”, dijo Justin Smith, uno de los alumnos que presenció la demostración, según el diario Chicago Tribune.
Faith Kroll, la alumna de 25 años que protagonizó la demostración, se declaró “contenta” de haber llevado a cabo la experiencia, que duró unos tres minutos.
“Nos lo pasamos muy bien. Soy una exhibicionista y disfruto la atención, que me vea la gente”, indicó Kroll.
En una entrevista con el Chicago Tribune, el profesor Bailey se mostró contrariado por que los miembros de la facultad, los padres de alumnos y más tarde los medios hubieran convertido su lección en un escándalo.
“Podría haber parado a las 3:20, cuando se acababa mi clase. Pero me gusta ser una influencia intelectual para los alumnos, y para ellos esto fue muy interesante” dijo el profesor, que afirmó que los artífices de la demostración son “muy espontáneos” y que está seguro de que “la idea se les ocurrió en ese mismo momento”.
Además de la investigación iniciada por Shapiro, Bailey se enfrenta a una queja de su compañero de facultad Robin Mathy, que aseguró que le denunciará por lo que considera una “grave violación” del Código de Ética.