Benedicto XVI advierte de que el mundo se encamina a la ruina

Publicado: 25/12/2008
Benedicto XVI expresó ayer su preocupación por el futuro, que ?se está haciendo más incierto incluso en las naciones del bienestar? y exhortó a los hombres a que pongan cada uno su parte, con solidaridad, ?ya que si cada uno sólo piensa en sus intereses, el mundo se encamina a la ruina?.
Benedicto XVI expresó ayer su preocupación por el futuro, que “se está haciendo más incierto incluso en las naciones del bienestar” y exhortó a los hombres a que pongan cada uno su parte, con solidaridad, “ya que si cada uno sólo piensa en sus intereses, el mundo se encamina a la ruina”.

El Papa hizo estas manifestaciones durante el tradicional Mensaje de Navidad, pronunciado desde el balcón central de la basílica de San Pedro del Vaticano, y en el que recordó los lugares del mundo donde hay guerras, enfrentamientos o crisis económicas, entre ellos Oriente Medio, Kivu (Congo), Darfur (Sudán) y Somalia, y todos los sitios “donde el terrorismo sigue golpeando”.

Ante unas 60.000 personas reunidas en la plaza de San Pedro para escuchar el cuarto Mensaje de Navidad de su Pontificado, el Obispo de Roma proclamó al mundo que con el nacimiento de Jesús “ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres”.

En un mensaje de esperanza, el Papa subrayó que la Navidad es la fiesta de la luz y que Jesús vino a la tierra “para todos, judíos, paganos, ricos y pobres, creyentes y no creyentes, cercanos y lejanos”.

El Pontífice añadió que Dios es el único que puede transformar el mal en bien y cambiar el corazón del hombre y hacerlo un oasis de paz y abogó para que todo el mundo sienta el poder de la gracia salvadora de Dios.

“Que brille la luz de la Navidad donde se atropella la dignidad y los derechos de la persona, donde los egoísmos personales o de grupo prevalecen sobre el bien común, donde se corre el riesgo de acostumbrarse al odio fratricida y a la explotación del hombre por el hombre”, agregó el Papa.

El Papa pidió que la Luz de Belén también brille donde las luchas intestinas dividen grupos y etnias y laceran la convivencia y donde el terrorismo sigue golpeando, donde falta lo necesario para vivir, donde se mira con desconfianza un futuro que se está haciendo cada vez más incierto, incluso en las naciones del bienestar”.

El Pontífice animó a todos los hombres a poner su parte “con espíritu de auténtica solidaridad, ya que si cada uno piensa sólo en sus propios intereses el mundo se encamina hacia la ruina”, afirmó.

Benedicto XVI abogó para que en este tiempo “marcado por una considerable crisis económica”, la Navidad sea la ocasión de una mayor solidaridad entre las familias y entre la sociedad.

Tras el Mensaje, el Papa impartió la bendición Urbi et Orbi (a Roma y a todo el mundo) en 64 idiomas, entre ellos español, portugués y guaraní.

En español proclamó: “Feliz Navidad. Que la paz de Cristo reine en vuestros corazones, en las familias y en todos los pueblos”, en medio de los aplausos y vivas de numerosos españoles y latinoamericanos presentes, que ondearon banderas de sus países.



EL PAPA CLAMA CONTRA EL ABUSO SEXUAL A MENORES



El Papa ofició la pasada Nochebuena la tradicional Misa del Gallo en la que hizo un llamamiento para que se ponga fin a todas las formas “abominables de abuso” contra los menores, entre las que citó la pornografía, la utilización de los niños como soldados e instrumentos de violencia.

En una basílica de San Pedro abarrotada de fieles, Benedicto XVI conmemoró el Nacimiento de Cristo y dijo que en cada niño hay un “reverbero del Niño de Belén”.

“Pensemos en esta noche de manera particular en aquellos niños a los que se les niega el amor de los padres, a los niños de la calle que no tienen un hogar, a los niños que son utilizados brutalmente como soldados y convertidos en instrumentos de violencia en lugar de ser portadores de reconciliación y de paz”, manifestó el Obispo de Roma. 

El Papa Ratzinger también se refirió a los niños “que mediante la industria de la pornografía y de todas las otras formas abominables de abuso son heridos en lo más profundo del alma”.

Benedicto XVI hizo un llamamiento para que se haga “todo lo posible con el fin de que termine la tribulación de estos niños”.

“Sólo a través de la conversión de los corazones, solamente con un cambio en lo íntimo del hombre se puede superar la causa de todo este mal”, afirmó el pontífice.

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