Sufrimiento. Esa es la palabra que mejor define el encuentro disputado entre el Cádiz y el Albacete en el Ramón de Carranza. Gaditanos y manchegos se jugaban seguir vivos en la fase de ascenso a Segunda División A y hubo que llegar hasta la tanda de penaltis para que uno de los dos quedara eliminado.
De forma sorprendente, fue el Albacete el primero que llevó la manija del partido. Lejos de salir encerrado atrás, los de Antonio Gómez salieron a presionar arriba para evitar la salida en tromba de los locales.
Mediada la primera parte era ya el Cádiz CF el que parecía llevar más la iniciativa, eso sí, todavía sin ningún disparo a puerta, aunque bien es cierto que los manchegos tampoco habían probado a Aulestia. El miedo era el peor aliado de ambos conjuntos, aunque el Albacete sabía que con un solo gol pondría pie y medio en la siguiente fase, ya que obligaría a que los gaditanos marcaran dos, demasiada exigencia para un equipo que llegaba al partido con apenas oportunidades de gol en tres partidos de play off.
Corría el tiempo en un partido muy aburrido, vivo sólo por la emoción del resultado, pero sin una ocasión de gol que llevarse a la boca hasta que lo intentó Ferreiro en el 37. El centro chut del gallego se topó con las manos del guardameta Miguel cuando se colaba en la portería de Fondo Norte. Había sido la primera oportunidad para marcar de un equipo obligado a hacerlo para pasar.
Acto seguido, un pase en profundidad hacia el delantero Calle fue cortado de forma providencial por Murillo. El central colombiano salvó un mano a mano ante Aulestia. Al instante, un perdido Camille se ganó el sueldo rebañando un balón a Adriá dentro del área. El Albacete se acercaba y lo peor se veía venir en los últimos minutos de la primera mitad.
De nuevo el Alba puso un nudo en la garganta de la parroquia local, pero el disparo de Rocha se perdió rozando el larguero. Con la defensa totalmente descolocada tras un rechace, el centrocampista probó fortuna y a punto estuvo de abrir el marcador.
Aulestia fue el protagonista de la mejor ocasión del partido. El portero vasco salvó el 0-1 en un mano a mano ante Adriá. Los nervios afloraban y lo mejor que podía pasar era que se llegara al descanso antes de que los manchegos abrieran la lata.
Con una muy mala noticia se reanudó el partido. Camille se lesionó en una carrera y pidió el cambio. Cierto es que, salvo en un oportuno cruce ante Adriá, el francés no había estado nada afortunado, pero en la convocatoria no existía un sustituto natural para él. Con Akinsola, Dioni, Juanse y Moke en el banquillo, el cambio era claro y fue este último el elegido. Para mover las menos piezas posibles, Moke se ubicó en el lateral zurdo. Ya había jugado antes en defensa, pero en el centro y en la derecha, por lo que esta solución de emergencia era un experimento en toda regla para afrontar la segunda parte.
El cronómetro acrecentaba los nervios por momentos y la grada apretaba más que nunca cuando un centro de Ferreiro a punto estuvo de ser rematado por Juanjo. El delantero extremeño no llegó y no se pudo considerar la jugada como una oportunidad clara de gol en un partido plagado de errores en el pase fallos de todo tipo.
Otra vez un perdido Cases dejó su sitio en el campo a Dioni. El tirular no se escondió y probó mil cosas, pero casi ninguna le salió bien y pagó con el cambio su gris partido. Pánico en Carranza provocó una falta casi al borde del área. Óscar Pérez paró ilegalmente a un rival y el colegiado le castigó con cartulina amarilla. Por fortuna, el disparo de Víctor Curto se perdió muy alto.
Sergio Molina entró por Candela a falta de quince minutos. Un cambio claramente ofensivo y peligroso para el Cádiz. Tras unos minutos de silencio sepulcral, las gradas explotaron viendo que los locales se venían abajo en la recta final del partido. El partido enloqueció como las gradas en sus postrimerías y el sufrimiento se hacía cada más mayor. Dioni probó fortuna y su disparo rozó el poste. Acto seguido, Aulestia volvió a salvar un mano a mano ante Calle que pudo suponer la eliminación cadista un instante antes de que Juanjo rematara fuera un centro de Ferreiro.
En plena locura se llegó al final del tiempo reglamentario y, por consiguiente, habría que jugar media hora más y se haría con Akinsola en lugar de Juanjo. El sino del Cádiz es sufrir y prueba de ello sería el centro chut de Curto despejado por Aulestia con la yema de los dedos ante una afición de nuevo enmudecida.
Dioni, que de nuevo había sido suplente, aparecía en todas las oportunidades de peligro locales. Abriendo el juego, combinando y rematando. Incluso se topó con el larguero en la mejor oportunidad de partido.
Ya en la segunda mitad de la prórroga, de nuevo Dioni tuvo el gol, esta vez con un remate de cabeza salvado in extremis por el guardameta Miguel. Que este mediapunta no juegue como titular para que lo haga José María Cases es un atentado al fútbol.
Un despeje de Moke terminó dejando solo a Dioni, pero el malagueño no esperaba el balón y su control fue malo. Faltaban apenas dos minutos para el final y los penaltis se veían en el horizonte.
Llegados a la tanda de penaltis, todas las miradas apuntaban al experto en estas lides Aulestia, que en esta ocasión no tuvo que parar ningún lanzamiento porque Núñez y Curto no encontraron portería y facilitaron el pase local.
Ficha Técnica
Cádiz CF: Aulestia, De Coz, Murillo, Goiko, Camille (Moke, 51’), Yuste, O. Pérez, Ferreiro, Ikechi, Cases (Dioni, 65’) y Juanjo (Akinsola, 93’).
Albacete Balompié: Miguel, Alba, Noguerol, Santamaría, Zurdo, Nuñez, Candela (Sergio Molina, 73’), Rocha (Álex Colorado, 85’), Curto, Adriá (Raúl Ruíz, 82’) y Calle
Ábitro: Pérez Pallas (gallego). Mostró amarilla a Ferreiro, Yuste, Dioni y Óscar Pérez por parte del Cádiz. Y a Raúl Ruíz por el Albacete.
Tanda de Penaltis: Núñez (fuera), Ferreiro (gol), Sergio Molina (gol), Murillo (fuera), Calle (gol), Dioni (gol), Victor Curto (al palo), Óscar Pérez (gol), Álex Colorado (gol), Yuste (gol)
Incidencias: 10.958 personas en el Ramón de Carranza. El partido de ida había terminado 0-0