El equipo de Delitos Contra el Patrimonio de la Comandancia de la Guardia Civil de Cádiz, con el apoyo del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS-2) de Sevilla, ha logrado la desarticulación de una organización criminal internacional que se dedicaba, entre otras actividades ilícitas, a la clonación de tarjetas bancarias con las que adquirían bienes de alto valor y propiedades inmobiliarias en Nigeria.
En total han sido ocho empresas estafadas y once personas físicas.
La operación, denominada ‘Currusco’, se ha saldado con la detención de 40 personas, (19 españos y el resto africanos) ocho de ellas en la provincia de Cádiz, al tiempo que se han practicado quince registros domiciliarios en los que la Guardia Civil intervino objetos cuyo fin era la falsificación de las tarjetas de crédito y de documentación.
Los agentes también intervinieron durante los registros tarjetas bancarias clonadas y en blanco, clonadoras, abundante documentación, más de 45.000 euros en efectivo, mientras que al mismo tiempo se han inmovilizado numerosas cuentas bancarias y productos financieros.
Esta exitosa operación se inició cuando la Guardia Civil detectó meses atrás una serie de pagos fraudulentos realizados con tarjetas bancarias clonadas, que se habían realizado desde unas empresas ubicadas en la sierra de Cádiz, entre ellas Arcos de la Frontera.
De hecho, han sido ya varias las operaciones similares a esta las que se han desarrollado tanto en Jerez de la Frontera como en Arcos.
En esta ocasión, el dinero estafado asciende, según se desprende de la investigación, a más de 1.800.000 de euros.
Uso de ‘mulas’ humanas
Tras detectar los pagos fraudulentes, los investigadores localizaron en la provincia de Sevilla a un grupo de personas que podrían estar creando empresas ficticias utilizando para ello identidades falsas para poder obtener los terminales de pago y realizar las estafas con las tarjeta de crédito clonadas.
Los agentes constataron que la red estaba cometiendo estafas bancarias de grandes cantidades de dinero a empresas internacionales, utilizando para ello el denominado método de ‘phishing’, que se basa en el envío de mensajes masivos, en los que se copia normalmente la interfaz de una entidad bancaria para solicitar las claves de acceso a nuestras cuentas bancarias. Dada la gravedad de los hechos, se procedió a la detención de los integrantes.
La investigación también dejó al descubierto el hecho de que la red utilizaba como ‘mulas’ a personas que facilitaban sus cuentas bancarias y de correo electrónico, para mover el dinero estafado, llegando a crear empresas ficticias sin ningún tipo de actividad, solo con el objetivo de conseguir de las entidades financieras los terminales TPV, con los que luego se realizarían los cargos a las tarjetas clonadas. En total se crearon 17 empresas ficticias.
Tal y como indica la Guardia Civil, los integrantes se hacían con la información de las tarjetas que iban a clonar y las volcaban en soportes de cualquier tipo, entre las que se incluían hasta las de fidelización de establecimientos comerciales, como gasolineras y supermercados. Posteriormente, pasaban directamente la tarjeta clonada en el datáfono.
La investigación ha podido constatar que la red habría creado de manera ficticia una fundación de ayuda humanitaria para la República Dominicana. Por otro lado, la organización, según la Guardia Civil, preparaba una compra de material para realizar el denominado timo de los billetes tintados.
Estructura piramidal
En cuanto a la estructura de la organización, su cabecilla, afincado en la zona del Levante, contactaba con otros miembros en el extranjero y aportaba los medios necesarios para la comisión de los fraudes. Por debajo se encontraba un subjefe afincado en la zona de Sevilla, responsable de dirigir y contactar con otros miembros de la red como los de la provincia de Cádiz. También era el encargado de de proporcionar las tarjetas, cuentas etc.
Para hacernos una idea de la complejidad de la operación, en la misma han sido necesarios hasta siete traductores de distintos dialectos africanos, entre ellos, broken english, yoruba, edo, hausa y ghana para desentrañar las conversaciones de la organización criminal.
Las detenciones se han realizado en las provincias de Cádiz , Sevilla, Málaga, Madrid, Alicante y y Valencia.
La desarticulación de esta red delictiva, dada la extrema complejidad de la misma, supone un enorme mérito policial.