Casi 700 teléfonos móviles y ocho kilos de hachís se han intervenido en la prisión de Botafuegos durante los últimos cinco años. Y es que personas cercanas a los internos usan drones para introducir estos dispositivos o drogas en la prisión. El sindicato ACAIP ha denunciado que los inhibidores de frecuencia de Botafuegos no funcionan y exigen que el Ministerio del Interior tome cartas en el asunto.
“Nos gustaría saber por qué esos inhibidores no funcionan. Si hay móviles en la cárcel es porque la administración no cumple con su trabajo. Actualmente, hay tecnología suficiente como para evitar que estos móviles funcionen dentro de la prisión”, critica José Ramón López, presidente de ACAIP.
Según el sindicato, las agresiones a funcionarios ascienden a once y se han multiplicado por cuatro en lo que llevamos de 2022 .También, han incendiado tres vehículos, dos de funcionarios y uno de la pareja de una de las trabajadoras.
“Hemos solicitado al Ministerio que se realicen políticas de dispersión de los internos relacionados con el narcotráfico. En los módulos permanecen todos juntos y generan problemas a los trabajadores. Consideramos que hay que trasladarlos a otros centros para obtener mejores resultados”,
El sindicato ha solicitado al Ministerio que se proteja el espacio aéreo de esta prisión así como la instalación de inhibidores, que funcionen, para evitar la introducción de lo que hasta hoy han sido drogas y móviles. Temen que se llegue a usar para introducir armas de fuego.
“Estos drones que trasladan drogas o teléfonos en cualquier momento pueden introducir armas con el peligro que supone para los trabajadores y el resto de internos. También hay drones capaces transportar hasta 80 kilos por lo que podría sacar a un recluso de la prisión”, exclama el portavoz sindical.