El tiempo en: Jaén

Campo de Gibraltar

El policía que pilotó el helicóptero de \'El Niño\' sobre el Estrecho alaba a su protagonista

Luis Bardón afirma que Jesús Castro pasó \"de vomitar en la lancha a ser un profesional\"

Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad AiPublicidad Ai Publicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad AiPublicidad Ai
Publicidad Ai
Publicidad Ai
  • Una escena -

El inspector jefe Luis Bardón lleva 27 años interceptando embarcaciones en aguas del Estrecho como piloto del helicóptero de la Policía Nacional, pero a sus 53 años le tocó compaginar la persecución de narcotraficantes con el rodaje de 'El Niño', el estreno más taquillero del año del cine español.

Este veterano oficial fue el encargado de sustituir al actor Luis Tosar a la hora de pilotar "el pájaro" en las escenas de mayor riesgo persiguiendo al protagonista, Jesús Castro. "Al principio se mareaba y vomitaba nada más subir a la lancha, pero al final acabó cogiendo una destreza propia de un profesional del crimen", relata sobre el joven actor en una entrevista concedida a Europa Press.

"Al principio daba una pena impresionante, lo pasaba fatal por el frío. Llegábamos con el helicóptero y le empapábamos. Yo me disculpaba todas las mañanas con él cuando le veía llegar: 'ya lo siento si os he echado mucha agua'. Mientras, Daniel Monzón (director de la película) gritaba : '¡echale más agua!, ¡que caiga agua! ¡echale el rebufo!'. Y ellos ahí con el neopreno para aguantar, se les veía amoratados", recuerda.

"Hay una anécdota graciosísima --continua--: venían uno de los productores y el director y los dos iban hablando de que los chicos tenían que comer. Y es que los actores se levantaban por la mañana y se tomaban un refresco, entonces se subían a la lancha y aquello empezaba a moverse, se les empinaba el estómago y a vomitar".

No obstante, Bardón reconoce que con el tiempo el joven actor terminó dominando la lancha motora con "una soltura impresionante". "Hay algunas escenas como por ejemplo la que es por la noche que se meten debajo del helicóptero en la que llegan y viran en el último momento y para eso hay que tener huevos". "Diestros en el manejo como si se dedicaran a eso", reitera.

Desvela este inspector jefe convertido a especialista de cine durante un mes y medio de rodaje que entre los fardos de droga que llevaba la lancha iba escondido un patrón de embarcación que era quien asesoraba al protagonista por si necesitaba algo y para las maniobras más técnicas como el atraque o el amarraje. "Al principio era él quien le decía cómo coger las olas, como poner el rumbo, pero luego ya lo hacía Jesús sólo", cuenta.

Un hecho real
Bardón relata cómo fue su primer encuentro con Daniel Monzón y todo su equipo en Algeciras. Allí les contó una anécdota basada en un hecho real que le tocó vivir en primera persona. Lo que no sabía este veterano oficial de Policía es que las notas que iba tomando el director mientras escuchaba atentamente la historia servirían luego para una de las escenas más intensas de la película, que aborda el fenómeno del narcotráfico en entre Marruecos y España.

"Eran los años noventa, despegamos de Tarifa cuando de pronto vimos dos estelas que salían de la Isla de Perejil en dirección a Gibraltar, una zona de alijamiento habitual. Nos encontramos una lancha de unos 14 metros de eslora, casi idéntica a la que se ve en 'El Niño' con unos 20 fardos y al llegar a su altura le dimos el alto: '¡Policía, detenga la embarcación!'", recuerda.

"Él nos miró y no detuvo ni nada, continuó. Al no detenerse le dije al compañero: 'abre la puerta y saca la pistola'. Claro cuando vio aquello se cagó, paró la embarcación, tiró los fardos y se volvió para Perejil. Eso es un hecho tan real como que yo tengo 53 años", narra Bardón, quien aclara que pese a ese episodio, "en realidad, no es así como se hace".

Según explica "no tiene sentido bajar tanto con el helicóptero y ponerse sobre la embarcación. Lo normal es mantenerse alto e informar de la posición a quienes esperan en tierra, pero Daniel Monzón necesitaba esos planos para que hubiese esa interacción entre las máquinas". "Son licencias de la ficción", aclara. Y no fue la única.

De hecho, Bardón explica que la Policía no tiene autorización para abrir fuego contra los motores de las lanchas que portan la droga, pese a que el helicóptero es cierto que puede aproximarse mucho a la embarcación. "Esto se lo conté yo a Daniel Monzón", aclara. Sólo está permitido disparar cuando se aprecia la comisión de un delito flagrante o en caso de ser disparados, algo que nunca ha sucedido pese a que también aparece en otra de las escenas de 'El Niño'.

"¿Mítico o supermítico?"
Bardón desvela alguna de las interioridades del rodaje como la palabra clave del director que es la que da por buena una toma. "Hasta que Daniel no dice 'mítico', no queda la toma como él quiere. Y cuando le preguntábamos si le había gustado, él decía: '¡sí, sí, ha quedado mítico!'. Entonces yo le decía que aún se podía hacer mejor, le preguntaba si estaba mítico o supermítico porque mi objetivo era ponérselo difícil, que no supiese qué toma elegir".

"El primer día llegaron todos con camisetas, pantalón corto y yo le preguntaba a mi compañero, quien está aquí al mando. Allí no había galones ni estrellas ni nada", bromea este oficial, quien reconoce que "luego en cuanto el director daba una voz, allí se ponía todo el mundo a funcionar casi con disciplina militar. Son muy profesionales. No respira nadie hasta que no se oye la palabra 'mítico'".

"Yo les insistía en que nos tratasen bien, que la Policía apareciese bien, que no pareciésemos superheroes porque quien se meta en la Policía pensando en eso se ha equivocado", concluye Bardón, quien se da por satisfecho con la imagen que se proyecta del Cuerpo y de la Unidad de Helicópteros.

Cómo funcionan
En declaraciones a Europa Press, el jefe de servicios de medios aéreos del Cuerpo Nacional de Policía, el inspector jefe Jesús Fernández explica que hay un servicio central de apoyo a todo el territorio nacional y una serie de bases periféricas, la que afecta a la película es la correspondiente a Andalucía Occidental con base en Málaga: "allí hay uno o dos helicópteros y si necesitan apoyo se lo damos desde Madrid, desde la base de Cuatro Vientos".

"Lo asumieron como una misión normal. Era ficción, pero actuaron como siempre", relata este otro oficial sobre sus compañeros. Aclara que todos los días la unidad de helicópteros realiza un par de patrullas por la mañana y por la tarde y luego hay vuelos a requerimiento de otras unidades. "Estamos para colaboración, no generamos servicios por nuestra cuenta, nos basamos en las investigaciones de las unidades de tierra. Es poner unos medios técnicos al servicio de información", afirma.

A juicio de Fernández los agentes dedicados a estas labores salen "bien representados" en la película, aunque coincide con Bardón en que "está un poco novelado". "Nosotros somos más equilibrados", bromea al tiempo que añade que "dentro del helicóptero hay mucha relación y compañerismo", pero dice que hay algunos comentarios que se ven en la película que no son habituales así como los abordajes a las lanchas en alta mar y en marcha.

TE RECOMENDAMOS

ÚNETE A NUESTRO BOLETÍN