Somos tan iguales y tan diferentes a la vez, tan ordinarios y extraordinarios, con trayectorias , principios y visiones distintas, y en algún momento entre la belleza y la utilidad coincidimos en algunos puntos de encuentro y nos aproximamos y descubrimos nuestros motores e impulsos comunes y en una especie de fiesta colectiva encontramos lugares cercanos en los que conectamos entre reflexiones e incertidumbres.
A lo largo del caminar vamos encontrando escenarios de oportunidades, casuales o con la apariencia de estar hechos a medida para nosotros. Hay lugares en el mundo para encontrarnos y espacios para distanciarnos. Nos concentramos y difuminamos, aunando fuerzas o dispersando ideas.
Podemos pensar y quedarnos quietos o actuar, dejarnos guiar o ser creativos, mostrándonos empáticos o claramente desagradables y antipáticos. Cada mañana nos damos cuenta cuando nos miramos al espejo y que nos disfrazamos y que no hacen falta vestuarios o caretas , sino que vamos de nosotros mismos, y cual no será nuestra sorpresa que el resto de la gente van también con el mismo disfraz.
A casi todos además los terminaremos viendo en los puntos de encuentro, y ellos y nosotros nos agobiaremos con muchas de las cosas que suceden en nuestro alrededor, cuando en realidad no pasa nada. Cambiamos unos tópicos por otros y a veces nos quedamos atrapados en un coche sin frenos y acudimos a los lugares más inverosímiles a ver las cosas que no podemos contar y llamamos a puerta que casi nunca se abren y descubrimos paraísos que no imaginábamos que existían , sucumbiendo a los encantos de quienes nos quieren y aplaudimos a lo que nos sorprende.
Nos hacemos preguntas de cómo y cuándo nos encontraremos con los demás y de qué manera accederemos a vernos y hablarnos todos en los puntos de encuentro, sin miedos al fracaso y con la voluntad de disfrutar sin la fijación de lograr el éxito a toda costa.
Descubrimos en esas corales, que hay gente que permanece anclado en el paso y se abandona a una nostalgia que no les permite avanzar. En esa obsesión, renuncian a lo mejor de la vida y no dan más de sí , pero un día despiertan y los datos cambian aunque las realidades parezcan las mismas, y volvemos a descubrir que estamos de nuevo invitados a la vida.
Nos rebelamos ante los desmanes del poder y no nos sometemos ni somos obedientes mansos que seguimos sus indicaciones y los fantasmas nos retan en unas batallas sin sentido entre ansiedades y sosiegos crueldades y sensibilidades, aceptaciones y rechazos.
Cada día vemos como se está imponiendo el lenguaje de las máquinas sobre el lenguaje humano de siempre, y eso lejos de acercarnos a los puntos de encuentro, nos aleja a unos de otros aunque seamos más que nunca y vivamos masificados en grandes urbes .
En este gran teatro del mundo, demasiada gente pretende parecer algo sin serlo ,intentando reafirmarse en una identidad que no tienen y escudriñamos en fabulas para descubrir las miserias humanas y nos invaden sujetos de la fachosfera que en el colmo del disparate predican todo aquello en lo que no creen, como la igualdad y la libertad.
Mientras los que creemos en el ser humano y sus bondades seguiremos trabajando por encontrar soluciones creativas para entendernos mejor, para que sea posible el diálogo donde otros solo buscan alimentar la polarización y el hostigamiento, lo que entraña más distancia y desigualdad.