Como cada año, el tradicional Belén de Chocolate que la empresa Galleros Artesanos crea en sus instalaciones de la localidad cordobesa de Rute se llena de visitas en estos días cercanos a la Navidad y en esta ocasión los cuentos del lejano oriente como Aladín y Alí Babá o el burrito sabanero cobran una dulce vida representados en mazapán, fondant y todo tipo de chocolates.
"Este año estamos teniendo más visitas de niños que ningún año", explica a EFE Jorge Garrido, maestro chocolatero y gerente de Galleros Artesanos, quien subraya que el belén "está gustando mucho" al contar con tanto "colorido" y "vida", una "dulce obra de arte" que cuando acaben las fiestas navideñas de convertirá en una "gran chocolatada" que se repartirá por todo el pueblo.
Pero el proceso hasta que llegue ese momento comienza muchos meses atrás justo después de Semana Santa cuando se van climatizando las salas de exposición y se preparan las mesas y estructuras que conformarán el Belén. Este año se usan cerca de 60 metros cuadrados para dar forma al dulce nacimiento en el que trabajan hasta cinco personas en exclusiva.
1.400 kilogramos de chocolate
"El Belén nada más se lleva unos 1.400 kilogramos de chocolate, entre chocolate blanco con leche y negro, mientras que las figuritas que se ven en los mercadillos que están supercaracterizadas con el tipo de cuento que le corresponde están hechas en mazapán, glasé o fondant", señala Garrido.
Además, los frutos secos no solo envuelven con su olor el ambiente del belén, sino que también son la base para crear detalles como el empedrado, cubierto con almendras y nueces, mientras que también se usa el cacao en polvo o coco rallado para recrear la arena del desierto y otros paisajes que conforman los mundos de cuentos que se representan.
"Y también tenemos al 'Grinch', que aunque parezca el personaje más feo que tenemos es el que más llama a la atención de los niños, a los que se le llena la cara de felicidad al verlo", relata Garrido.
En esta dulce obra de arte quizás lo más complicado sea "los mercadillos" que cuentan con muchas figuritas en mazapán "que miden algunas milímetros" y que hay que rehacer cada año, ya que su masa se "pica" y es necesario hacerlo nuevo. Además, todo el recinto debe estar climatizado a unos 18 grados para evitar "no que se derrita, sino que se hunda".
Un 5 por ciento más de visitas
Y todo para ofrecer al visitante la mejor versión del afamado Belén de Chocolate, una de los principales reclamos de Rute, un pueblo de especial atractivo turístico en Navidad y por el que cada año pasan miles y miles de curiosos y golosos. "Este año vamos muy bien, con un 5 por ciento más de visitas", asegura Garrido, quien subraya sin dudar que "Rute es el pueblo de la Navidad".
"La gente siempre sale súper contenta, que es lo importante, y todos los años están esperándonos. Para colmo el año que viene tenemos que hacer algo más especial porque tenemos el 25 aniversario del Belén de Chocolate y tendremos que hacer algo que no se haya hecho nunca", señala Garrido mientras atiende a los visitantes que se interesan por los detalles ocultos del nacimiento.
Pero hasta que llegue primavera y el equipo de Galleros piense en la próxima creación que se presume espectacular batiendo récords de kilos de chocolate y metros de instalación, todavía los cuentos tradicionales que se vuelven más dulces que nunca seguirán protagonizado durante toda la Navidad el tradicional Belén de Chocolate de Rute.