Con buen ánimo a pesar de las prisas previas al viaje que tenía previsto, Fernando Cayo (Valladolid, 1968), nos atiende telefónicamente para hablar de la gira de la obra ‘Los lunes al sol’, basada en la mítica película de Fernando León de Aranoa estrenada en el año 2002.
Esta gira traerá al actor, que interpretó al coronel Tamayo en ‘La casa de papel’, a Córdoba el próximo 7 de junio al Gran Teatro de la capital cordobesa con esta obra basada en la odisea de entrar en el mercado laboral que subraya el valor de las conexiones personales durante ese trayecto en el mundo del trabajo.
Con motivo de esa visita próxima de Cayo y todo el elenco de esta versión actualizada de ‘Los lunes al sol’ hemos podido hablar con él y compartir alguna que otra impresión en torno al mundo laboral actual y al papel que interpreta dentro de esta obra.
-Pregunta: Los lunes al sol, que se estrenó en formato película hace más de 20 años, parece estar más vigente ahora que incluso en el momento de su estreno, ¿verdad?
-Respuesta: Totalmente, es un clásico contemporáneo. Habla de este grupo de trabajadores de un astillero que se queda sin trabajo y, entonces, tienen que empezar a reconstruir su vida. Está escrita en clave de humor medio costumbrista con algunas ráfagas de emoción muy potentes. Lo que ha hecho Javier Hernández es una adaptación totalmente nueva contemporánea; el diseño de personajes y de la historia es distinto y el público, a los dos minutos de empezar la obra, ya hasta se olvida de que existe una película y la verdad es que estamos muy contentos porque la función es muy divertida, pero también tiene mucho componente de crítica social.
-P: ¿Qué papel interpretas en la obra y cómo te lo has preparado?
-R: Pues mira, es el papel de Santa, que, digamos, es el que aúna este grupo de amigos y es el que está todavía en la lucha, es muy rebelde y tiene mucho sentido del humor, pero también tiene muchas carencias y, por eso, es precisamente tan entrañable. Y ya digo, es el que mantiene unido este grupo de amigos, porque si de algo habla esta obra, es de la necesidad de estar juntos para superar las dificultades.
-P: Además, es una obra con la que mucha gente se sentirá identificada porque refleja muy bien lo costoso de entrar en el mercado laboral. ¿Hay alguna experiencia personal que te haya ayudado a preparar tu papel?
-R: Desde luego. Para mí, aunque no tenga nada que ver con el astillero, en esta adaptación se ha intentado hacer una obra más universal. Yo lo que veo ahí son los trabajadores sindicales de la transición, gente muy implicada con una lucha obrera pura. Esto coincide mucho con ese espíritu luchador popular que ahora se ha perdido un poco, pero hay otras maneras de unirse los trabajadores en este momento. En aquellos años existía la reconversión industrial, pero ahora vivimos la reconversión digital que creo que es peor porque cambia totalmente el mundo.
-P: ¿Tenías ganas de venir ya por Córdoba?
-R: Pues sí. Córdoba es una ciudad que me encanta y ya tenía muchas ganas de estar por aquí. Yo he trabajado mucho con Juan Carlos Rubio y tengo a la ciudad muy identificada con él y por eso le tengo mucho cariño. Además, ya tenemos prácticamente vendido todo el teatro y estamos encantados (risas).
-P: Por último, tras haberte preparado la obra, ¿le puedes dar algún consejo a alguien que esté buscando trabajo ahora mismo?
-R: (Risas) Bueno, eso es muy complicado porque cada sector se busca de una manera diferente. Yo los consejos que puedo dar que, aunque sean dentro de mi gremio, creo que se puede aplicar un poco a todo son tener un proyecto personal, hacer tu trabajo cada vez mejor y más profundo y encontrar dentro de la vorágine del trabajo un espacio para tener buena higiene mental.