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Curioso Empedernido

Murmullos, rumores y noticias

Aquella espera sinfín en una situación de indefensión jurídica les provocaba un sinvivir a ellos y a sus familias, pero no importaba, porque ellos y ellas debían entender que era por su bien

Aquel runrún en la majestuosa  Sala del Parlamento de Al-Andalus se había convertido en rumor, y las nuevas tecnologías habían escupido en los móviles de última generación la noticia, “estaban imputados sin serlos o no lo estaban y podían serlo  en un futuro o quizás ni una cosa ni la otra, porque todo era para que pudieran defenderse con todas las garantías en caso de…”

Está claro que ahora los íbamos a dejar tuertos y malheridos, censurados y cuestionados, así era la justicia, ciega e implacable, e igual para todos y todas , porque  y si por esas casualidades de la vida mañana se quedaran ciegos y murieran, al menos que lo sepan, que eso en cualquiera de los casos, les puede ocurrir.

La iluminación y la hipnosis, les  habían descubierto la gran diferencia entre el cuchicheo, la patraña y la comunicación, sin sucumbir a las provocaciones y sabiendo caminar entre depredadores y miserables, superando la acumulación de tareas e intentado organizarse lo mejor posible.

Aquella espera sinfín en una situación de indefensión jurídica les provocaba un sinvivir a ellos y a sus familias, pero no importaba, porque ellos y ellas debían entender que era por su bien. Que entre trucos y tratos, a ellos les tocaba ser diana de todos los ataques, para eso eran personajes públicos.

Tarde o temprano se sabría la verdad, mientras habría que aguantar injustamente entre medias certezas y mentiras, entre acusaciones y defensas, honores y culpas, dejando pasar el tiempo, superando una situación delicada y comprometida, moviéndose con sigilo y cautela como un reptil.

También deberían intentar ser insensibles a la presión mediática, y servir en ocasiones de entretenimiento y distractor de otros temas que se pretendían ocultar, padeciendo la crisis de valores, siendo victimas de la denuncia de unos contra otros.

En un clima de ausencia de respeto, cortesía y amabilidad, necesitarían a alguien que les tendiera la mano y les dijera  que creían  en ellos y ellas, que no es verdad lo de que cada cual va a salvar su culo y punto. Tendrían  que reaprender lo de que nunca se puede dar uno por vencido.

Sus ánimas y sus cuerpos, por las experiencias acumuladas, estaban preparados para decisiones inesperadas  e imprevisibles, para distorsiones  del lenguaje y desvirtuaciones de la realidad, para saber distinguir entre los que les decían y lo que les ocultaban

No acababan de entender como en primer plano del plasma todas las torpezas y desvaríos aparecieran como verosímiles, que hubiera más peces en el mar y leones en la tierra, a pesar de la crisis, que los campeones de la realidad fueran los que vivimos en los sueños.

Tal vez confiaban en que el futuro no fuera una simple proyección del pasado, ni se les pretendiera dar gato por liebre, ni fusiones por infusiones, gritos por cantos, ruidos por sonidos, mezcla de notas por música  o desvaríos por inspiración.

A sus años y con sus rodajes, habían aprendido en su carnes a no mezclar las acusaciones con los acusados, las impresiones con lo impreso, los excesos con los limites, la multitud con el bullicio, la discreción  con la inmovilidad, el no se lo digas a nadie con el silencio, el no tener miedo al ridículo con el ridículo del miedo.

Una vez más en sus vidas, tras tanta lucha, tenían que disponerse a hacer frente a los doctores de la confusión y estar atentos para no trastocar los que vienen con los que van, el mar que entra con la desembocadura del río, el fondo con la forma, el sueño con la utopía, el aprendizaje con la lección, la inspiración con la aspiración, las visitas con las entrevistas, el esconder con el enseñar.

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