De costa a costa

De Galicia a Valencia, pasando por Madrid o Castilla León, hay problemas de trueques, trajes, tormentas y trajines que afectan a significados militantes del PP, y es que la famosa trama Gürtel está salpicando todo el territorio de España, esa que tantas veces ha querido apropiarse políticamente la derecha de nuestro país.
Algo que comenzó entre Don Vito , el Bigotes y el Albondiguillas entre otros, ya tiene nombres y apellidos que van desde el ex tesorero y senador popular Barcenas, el eurodiputado Galeote, hasta Ricardo Costa o el yerno del ex presidente Aznar, Alejandro Agag. La pregunta es: ¿quiénes serán los próximos?.

El ex secretario general del PP valenciano retó a Camps y Rajoy para que explicaran su destitución. Tras un rosario de me quedo, pero me voy, mentidos y desmentidos, el tema se resolvió con Costa fuera de la responsabilidad orgánica y del papel de portavoz.

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La pregunta que se hacen muchos ciudadanos y ciudadanas ¿Cuándo le tocará a Camps, al que tanto apoyaban y querían ayer, y que mintió a tirios y troyanos? ¿Se acuerdan ustedes de cuando Rajoy le decía “yo creo en ti”? Pues en su rueda de prensa del pasado jueves tras un tiempo de mudez política, confirmó su confianza en él, y afirmó en repetidas ocasiones ante las preguntas de los periodistas “que no tenía duda de la honradez del mismo”, lo que no es coincidente con lo expresado por el fundador del partido, el señor Fraga.

Esperábamos más de la comparecencia de Don Mariano, más valentía, y más autocrítica, tras su largo silencio, y el resumen del cuento fue negar que en el PP hubiera ninguna trama Gürtel, todo es personal y exterior, denunciar la manipulación del Gobierno de la Nación y los distintos poderes del Estado, y anunciar un código de buenas costumbres, del que ya había hablado en su momento cuando gobernaba el PP, el señor Aznar.
Entre lo que decía el señor Rajoy y su lenguaje corporal, cualquier coincidencia era pura coincidencia, y se mostraba nervioso, inseguro, inquieto, preocupado y deseoso de salir de ese trago, mientras que sus palabras querían manifestar tranquilidad y equilibrio.

Esta es una red que está afectando a más gente de las que en principio se pensaba, y está resultando ser la mayor estela de presunta corrupción de todo el periodo democrático, en la que todavía no se sabe muy bien hasta donde puede llegar y a quienes puede llevarse por delante.

En esta situación hay voces y actuaciones discordantes, mientras Basagoiti desde el PP de Euskadi, siente “preocupación, pena y asco”, y dice y exige que hay que aclarar y limpiar; el campeón en perder elecciones en Andalucía, el gran líder Arenas al igual que Rajoy, niega que exista ninguna trama en el PP sino contra el partido y que se trata de una actuación partidista de policías y fiscales.

Esta teoría conspirativa nunca se ha sostenido, pero en los momentos actuales y una vez levantado parcialmente el secreto del sumario, los hechos son evidentes y contundentes, y negar la mayor es reafirmar que la situación es de más calado y más grave de lo que en principio suponían, aunque intenten persistir en el error del tancredismo político y “del aquí no pasa nada”.

El PP tiene un gran problema y al ser uno de los partidos más importantes de la sociedad, este afecta a la esencia de nuestra democracia, ya que el mantenimiento de la inacción, la complicidad política y la no admisión de responsabilidades con la actual situación, estimulan el desapego de la ciudadanía hacia la política y los políticos.

De ahí la tarea que ha de afrontar el señor Rajoy, como líder de la oposición y la dirección de los conservadores ante su propia militancia y el conjunto de la comunidad, para producir una regeneración interna. Han de reflexionar seriamente sobre cuales son las soluciones, y si es necesario encontrar un nuevo liderazgo, romper amarras con el pasado aznarista y poner proa al futuro como una derecha europea y moderna.