Se dice con autoridad que todo lo que en nuestra sociedad no figure por escrito en ningún papel, no tiene valor, si se trata de la relación del ciudadano con algunas de las administraciones la cosa es fetén, porque lo primero que pedirán ante una petición, es tráigamelo usted por escrito. Y así todo lo que este redactado en un documento con su correspondiente firma a modo de contrato que obliga a las partes, no solo adquiere solemnidad sino nos obliga a los protagonistas de dicho acto jurídico administrativo, en definitiva, político a su cumplimiento.
Esto que en teoría debería ser siempre así, sin embargo, la realidad lo desmiente con frecuencia, tal vez porque lo que creíamos serio y riguroso, deja de tener valor y se nos convierte en papel mojado, porque, sin tiempo y espacio para pensar y reflexionar vamos todo el día cuando pretendemos hacer algo a matacaballo, precipitadamente y muy de prisa, como si todo tuviera que ser aquí y ahora.
A veces en el colmo del cinismo y la poca vergüenza, algunos personajes públicos convierten toda su acción política en el relato de una gran mentira. Lo más dramático es que muchos en una acción mimética les siguen sin atreverse a pedirle explicaciones, y se convierten a la fe del estafador y les palmean, y les ríen su falta de gracia y todos los disparates que van sembrando como la trola de atar a sus perros con longanizas, en un signo especial de prometer y no hacer con especial abundancia y esplendidez.
Otro de los deportes preferidos de estos sujetos especialistas en el papel mojado, es buscarle tres pies al gato, enredándose en complicaciones aparentemente inútiles y a veces carentes de fundamentos. Lo cierto es que lo que debería ser una magnifica ocasión para desenmascarar a este líder de mentirijillas, que de cuatro cosas que dice, cinco son mentira.
Mienten todos los que dicen una cosa por delante y hacen justo lo contrario por detrás., los que mandan a callar a los que son incapaces de contenerse verbalmente, los que en el colmo de la irresponsabilidad y el papel mojado quieren cargarle el mochuelo al primero que pase delante suya y ratificando nuestras sospechas nos dejan con la mosca detrás de la oreja.
Aquellos que, con un lenguaje grandilocuente, sobre su ética, su autenticidad y su integridad, y en el mayor ejercicio de papel mojado, se comportan como un inmoral, se muestran en toda su falsedad y actúan deshonestamente. Todo su hablar es papel mojado y debieran dedicar más tiempo al callar, es la garantía de no meter la pata.
No se comprometen ni ayudan a nadie, y en cualquier circunstancia, primero son ellos, después ellos y más tarde también ellos. Como toda su actuación es papel mojado, son incapaces de sumar sus esfuerzos con alguien o tejer alianzas con sus adversarios para beneficio de la comunidad.
Cuando respiran y dicen compartir el aire, lo que realmente están haciendo es dejarnos sin nada y asfixiarnos. Como todo su escenario es papel mojado, están en una competitividad permanente para dejar todo aquel que pueda fuera de combate o en situación de vulnerabilidad.
Mover el mundo y transformarlo no podemos dejarlo en papel mojado, sin avanzar ni construir un nuevo marco para el futuro, sino apoyando la ciencia, la investigación y la innovación para que nadie se quede atrás ni lo que pudiéramos hacer sea solo una farsa sin sentido.
Tenemos muchos retos por delante y hemos de poner en marcha todo nuestro potencial para dejar un Planeta más limpio y sostenible, y una sociedad más justa y equilibrada.