Antonio Cordón ha sido el elegido por el
Sevilla Fútbol Club para reestructurar la plantilla y elevar el nivel de la misma. Los aficionados se agarran a su nuevo
director de fútbol profesional como a un clavo ardiendo para que firme a un buen entrenador y a jugadores que devuelvan al club hispalense al lugar de la clasificación que le permita disfrutar de la temporada.
Puede que la ilusión sevillista se justifique viendo su trayectoria como director deportivo. En el
Villarreal firmó las llegadas de
Riquelme, Sonny Anderson,
Forlán, Rossi o Diego
Godín. Y rescató de la cantera a jugadores como
Cazorla, Bruno Soriano, Jefferson Montero o
Gerard Moreno. Desde el 2000 hasta el 2016 tuvo tiempo de cometer tantos aciertos como errores, pero en su paso por el
Mónaco fue llegar y besar el santo. Una temporada, un título de Liga. Allí elevó la figura de
Mbappé y fichó a defensas como
Benjamin Mendy o Sidibé.
Sin embargo, los sevillanos podrán ejercer un examen más exacto de su rendimiento en su paso por el Betis. En su primer año en Heliópolis llevó a cabo grandes operaciones como la de
Claudio Bravo o
Miranda, que llegaron a coste cero. Pero también firmó a futbolistas que no rindieron al nivel esperado como Martín
Montoya o
Víctor Ruiz. Luego hizo buenas incorporaciones de la talla de
Rui Silva,
Pezzella,
Sabaly, Willian José, Bellerín, Ayoze o Luiz Felipe. Aunque también metió la pata con
Abner o Luiz Henrique. En resumen, una carrera con más luces que sombras.